La Galería Maior (Palma) inaugurará el próximo 7 de febrero la exposición Tulips and chimneys de la artista alemana Madeleine Boschan (Braunschweig, 1979), cuyas esculturas tratan la cuestión de cómo el cuerpo se relaciona y encuentra su lugar en el mundo real.

Detrás de un lenguaje claramente abstracto, apuntan desde la galería, "existe una dimensión social que cristaliza en la urgente cuestión de cómo vivir juntos".

Influenciada por otras disciplinas como la arquitectura y la literatura, sus esculturas articulan gran cantidad de referencias e investigan la relación entre el cuerpo y el espacio a partir de la experiencia del espectador, que se encuentra en el centro de las preocupaciones artísticas de la artista. Esta relación entre el cuerpo, el objeto y el contexto le permite investigar no solo las cualidades físicas del espacio sino también su vertiente más afectiva y social. "De este modo, las esculturas de Madeleine Boschan transmiten la sensación de querer vivirlas", comentan. Sin embargo, las piezas no permiten ser vistas en su totalidad, pues cuando el visitante deambula por el espacio se genera un efecto óptico a través del cual los diferentes planos que conforman las esculturas se colapsan y reaparecen, creando así un número infinito de puntos de vista. Además, las superficies monocromas en combinación con el juego de luces y sombras, así como el uso del vacío como elemento composicional, contribuye a un proceso de desmaterialización con el que las esculturas ganan una cierta cualidad etérea.

La exposición también incluye una serie de trabajos sobre pared donde los motivos lineales representados tienen una relación directa con las esculturas. "Como si fueran los restos de una civilización antigua, Boschan teje una narrativa en la que se tratan cuestiones socioestéticas alrededor de ideas como el monumento, el lugar y el cuerpo", apuntan.