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Crítica de cine

No es país para negros

De James Baldwin (1924-1987), autor de la novela adaptada por este filme, pudimos apreciar su carisma en el reciente, excelente documental I'm not your negro ( Raoul Peck, 2018). Barry Jenkins logró hace dos años el Oscar a la mejor película con Moonlight. El blues de Beale Street está ambientada en los años 70, en Harlem o barrio equivalente de otra metrópolis. Lo protagonizan una pareja de jóvenes adultos (Layne y James). Él es un escultor incipiente, ella trabaja de dependienta. Cuando están casi emancipados, ella queda encinta muy poco antes de que él sea detenido por una acusación falsa. La chica y las familias de ambos intentan revertir esa injusticia. La sencilla trama recalca el racismo, apenas mitigado en el siglo XXI, de los blancos norteamericanos, y apunta fugazmente la tierra de nadie en la que se encuentran los latinos; no perseguidos con tanta saña pero bastante amedrentados. Siendo una buena, muy emotiva película, el filme no alcanza la altura de Moonlight por un choque larvado de egos. La prosa poética de Baldwin queda arrinconada a un puñado escaso de secuencias con voz en off. En cambio Jenkins impone su cinematografía también muy poética, inspirada en el hongkonés Wong Kar-Wai. Hay escenas que embelesan, como el primer encuentro amoroso con la hipnótica música de Nicholas Brittle y Miles Davis a continuación; y otras donde el escaso recorrido dramático y el leve maniqueísmo de la obra son demasiado palpables. Resumido, larga, premiosa, estilizada denuncia del racismo, mitigada por la fotogenia y autenticidad de los actores, y la vitalidad, el leve optimismo de la obra de Baldwin.

EL BLUES DE BEALE STREET

***½

Nacionalidad: Estados Unidos, 117 min.

Director: Barry Jenkins

Actores: Kiki Layne, Stephan Jaymes, Regina King, Colman Domingo

Cines: Ocimax, Cinesa Festival Park

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