La responsable de colecciones del Museu de la Música de Barcelona, Marisa Ruiz (Girona, 1980), participó ayer en las Jornades de Patrimoni Inmaterial dedicadas al patrimonio musical y sonoro con su ponencia La música al museo: patrimonio inmaterial, cultura material. "Se trata de reflexionar sobre la música como elemento aglutinador tanto de las cuestiones inmateriales como de todos los objetos que necesitamos en cualquier actividad musical", explicó antes de iniciar las que continúan hoy y mañana.

P ¿Cómo casan museo y música?

R De hecho, así empieza la ponencia. Parece contradictorio. Hay muchas propuestas sobre cómo museizar el sonido. El Museu se llama de la música y no de los instrumentos porque la música se puede museizar a través de la tecnología, los objetos, la palabra... Además toda la actividad educativa, los conciertos, los talleres y las conferencias que organizamos también forman parte de museizar la música.

P ¿Qué papel debe tener un museo en una ciudad?

R Hay muchas definiciones pero para mí un museo es un lugar de encuentro. Jaume Ayats, el director del Museu de la Música de Barcelona, siempre dice que quiere que el museo sea un ágora, un lugar donde la gente vaya a mirar, a sentir, a actuar... La música no solo es un arte, es una cosa que hacemos para comunicarnos y para vivir. Un museo de la música en una ciudad como Barcelona que tiene una oferta inmensa quiere ser un motor de este hecho musical desde un punto de vista global.

P La misión de un museo es conservar el patrimonio, difundirlo y hacer vivir a los ciudadanos las experiencias de las colecciones...

R Exacto, un museo debe devolver a la ciudadanía aquello que ya está pagando. Por ello tendemos a seguir políticas muy abiertas de acceso al patrimonio. No cobramos por las reproducciones, para las consultas... Nuestro deber es transferir este conocimiento que está pagado con dinero público.

P ¿Es más fácil llegar a la gente tratándose de un museo de la música?

R Sí y no. Sí porque la música es un fenómeno que todos vivimos desde que somos pequeños. En nuestra vida cotidiana hay mucha música y eso hace que el Museu de la Música sea atractivo. El problema que tenemos es que estamos en una segunda planta de un edificio que no es céntrico y hace que sea difícil darnos a conocer pero lo estamos logrando, tenemos muchas visitas y mucho público escolar. La experiencia musical es tan potente que el Museu de la Música lo quiere aprovechar para ofrecer unas vivencias muy intensas, muy emocionales, que pueden conectar mucho con el público. La música nos permite una conexión muy fuerte.

P ¿Qué tesoro mallorquín custodia el Museu de la Música de Barcelona?

R Cada uno tiene su tesoro, es una elección muy personal pero para mí dentro de la colección de guitarras tenemos dos guitarras de Mallorca del siglo XIX. Una de ellas es la Francesc Casasnovas, que fue un lutier mallorquín muy conocido. Es uno de los principales constructores de la época de oro de la construcción de guitarras en Mallorca y en Barcelona. Para mí, esta guitarra es el gran tesoro mallorquín. La tenemos expuesta y forma parte de una de las mejores colecciones de guitarras del mundo en instituciones públicas.

P ¿Qué poder tiene la música para Marisa Ruiz?

R Tiene el poder de hacernos vivir, de extraer sentimientos, emociones y vivencias. Hay muy pocas cosas en la vida que tengan esta capacidad. Tiene un conexión muy emocional. Las personas vivimos y nos comunicamos a través de la música. Es un vehículo, un motor de la comunicación humana. La música sigue siendo un pequeño oasis de verdad en este universo hiperestimulado.

P De química a musicóloga...

R Estudié las dos cosas a la vez. Tenía una gran pasión por la ciencia y me licencié pero llegó un momento en que tuve que elegir. Opté por la música. Siempre me he dedicado a la gestión, a la investigación y a la docencia. Estudiar química me ha dado las herramientas necesarias. Tanto en el contenido porque en la conservación y en la restauración hay mucha parte científica de materiales como a la hora de trabajar porque una carrera de ciencia pura y dura me ha me ha ayudado mucho a la hora de trabajar científicamente. Ha sido una gran ayuda.