Para Javier García Lerín, el gran premio que le está reportando Els ulls s'aturen de créixer, proyecto en el que se embaercó hace siete años, es "ver cómo le llega a la gente la película", independientemente de si entienden el idioma o si conocían a los hermanos Serra. "Era una historia que merece mucho la pena y había que cuidarla", explicó ayer el director sobre su obra, película autoproducida y que "ha ido creciendo con mucho cariño".

El premio Ciutat de Palma le ha llegado trabajando ya en otros proyectos, redactando propuestas de documentales para IB3 y en especial uno alrededor de un piano abandonado en una casa, con la colaboración de los pianistas Albert Díaz y Tomeu Moll.