Silvio (y los otros)
Nacionalidad: Italia, Francia, 135 mins. Director: Paolo Sorrentino. Actores: Toni Servillo, Elena Sofia Ricci, Ricardo Scamarcio, Kasia Smutniak. Cines: Rivoli, CineCiutat.
Silvio (y los otros) no alcanza la altura de Il divo o La gran belleza Ergo, ¿es decepcionante? Sí y no, y viceversa. Por motivos complejos. Primero, la duración. Dos horas y media justificables porque se concibió, y en Italia se ha estrenado, en dos partes. Insisto, ¿engancha al espectador todo ese tiempo? Sí o no (y viceversa). Segundo, el fondo, Berlusconi pedía un desarrollo tan desmadrado o más que la comedia biográfica sobre Andreotti. Para muchos, es innegable, ver a Toni Servillo otra vez con postizos faciales, perfumándose la nariz con desayuno colombiano y bunga que te dale bunga con una interminable hilera de aspirantes a modelo o actriz hubiera sido una gozada. Gozo (parcial) al pozo. ¿Por qué ha pisado el freno el realizador? Un amigo me sugiere que como Andreotti estaba/está muerto el riesgo de querellas por difamación era mínimo, al contrario que con el magnate televisivo. Hipótesis posible, e indemostrable. Sorrentino ha optado, como en La gran belleza, por otra genuflexión ante Fellini. De La dolce vita pasa a Ocho y ½. A una crisis existencial. ¿Es creíble que el potentado tuviera una crisis existencial? ¿Por qué no? Con todos los vicios y ausencia de moralidad que tuvo/tiene Berlusconi, es un pensamiento demasiado fácil quedarnos sólo con la caricatura de su codicia, su líbido y las alzas en sus zapatos. Ahí apoyo el esfuerzo de Sorrentino. Cierro con sus flashes de genialidad, la oveja del principio, el camión de basura que vuelca en Roma y su contenido se transforma en caramelos de éxtasis en Cerdeña, su ayudante de cámara; y, como no, la primorosa actuación de Servillo.
