Diario de Mallorca

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Crítica de Música

Masivo Messies

Vine a cantar el Messies

Basílica de Sant Francesc de Palma

Diversos coros. Solistas vocales

órgano: Arnau Reynés. Orquestra: Johannes Palaschko. director: Llorenç Gelabert. Fecha: 29 de diciembre.

Cuando se estrenó el oratorio El Mesías de Haendel, el mes de abril de 1742, en el New Music Hall de Dublín, seguramente se contó con un coro no muy numeroso y una orquesta reducida, como las de la época. Fue un poco más tarde cuando se inició la moda de ofrecerlo en versión más numerosa, con coros grandes y orquestas adecuadas a la ocasión. Vinieron luego los Mesías participativos una vez que el Oratorio pasó a formar parte de la tradición navideña, ya que en vida de Haendel se interpretaba alrededor de la Semana Santa. Hoy, en muchas capitales europeas se ofrecen en Navidad versiones participativas de esa partitura emblemática como la del Royal Albert Hall de Londres y en la que participan miles de voces, cada una de ellas abonando una cantidad para poder participar en el evento. Palma no es ajena a este tipo de acontecimientos y desde hace unos años tenemos ocasión de escuchar (y algunos participar) en una interpretación masiva de la obra más popular del compositor alemán.

Este año, la basílica palmesana de Sant Francesc, fue de nuevo el escenario en el cual el Orfeó Ramon Llull, que dirige Irina Capriles, lideró una propuesta en la que se unieron los coros Musicantes de Mallorca y Art vocal Ensemble así como coristas a título individual. Juntos acompañaron a un cuarteto solista, al órgano y a la orquesta Johannes Palaschko, todos dirigidos con soltura y profesionalidad por Llorenç Gelabert.

De la masa coral hay que subrayar como elementos positivos la afinación y el ensamblaje, incluso en las difíciles fugas y como elemento en contra la falta de potencia de las voces masculinas, seguramente motivada por el desequilibrio en el número de hombres y mujeres.

El trabajo de los solistas más que notable. Los cuatro. Para mi dos gratos descubrimientos, el del tenor Guillem Grimalt y el del contratenor Hugo Bolívar. Irene Mas espléndida como ya nos tiene acostumbrados y el bajo Elies Benito especialmente brillante en el aria de la trompeta, con un también notable Samuel García en el instrumento solista. De la parte instrumental destacar el buen trabajo de la formación, tanto en los tutti como en el continuo así como la labor del organista Arnau Reynés, que, de forma curiosa, interpretó algunos momentos tradicionalmente asignados a la orquesta.

En resumen, una velada entrañable que fue del agrado del numeroso público que llenaba la iglesia, que con sus aplausos obligó a la repetición del famoso Hallelujah.

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