Mientras el foco mediático estaba puesto en las revueltas del Sinaí, en enero de 2015 ustedes plasmaban la realidad en la Franja de Gaza.¿Qué motivó el documental?

Durante la Operación Margen Protector, la última gran agresión del ejército israelí sobre la Franja de Gaza, Julio Pérez del Campo y yo estábamos cursando un máster en Madrid. Los medios contaron una realidad muy concreta. Meses después conocimos que Amnistía Internacional había estado en la Franja de Gaza durante los bombardeos. Sus historias y su material gráfico no tenían nada que ver con la información que nos había llegado de los medios. Sufrían un doble crimen porque una vez dejaban de caer las bombas, las cámaras desaparecían. La posguerra y el sufrimiento de la población también desaparecía del foco mediático. Ante esta realidad, no nos lo pensamos y fuimos a retratar estas historias de violación de los derechos humanos que no tenían sitio en los medios.

Y lograron entrar en la Franja de Gaza argumentando que iban a hacer un estudio sobre la agricultura.

Fue una superación continua de obstáculos. Primero nos cerraron la frontera con Egipto y tuvimos que entrar por Israel, lo que complicaba el viaje. Bordeamos toda la Península del Sinaí y entramos por una frontera menos conocida que la de Tel Aviv. Estuvimos 15 días en los territorios ocupados de Palestina, en Cisjordania, esperando el permiso para entrar pero aprovechamos para grabar la realidad de aquella zona. Como mi compañero es biólogo, logramos un permiso de una organización humanitaria que certificaba que íbamos a hacer una investigación sobre agricultura. No llevábamos equipo cinematográfico, solo una cámara.

Por ese motivo, más mérito tiene la nominación al Goya.

Sí, siempre lo decimos. Es un proyecto autoproducido que ha pasado muchas dificultades no solo a la hora de producirlo, también en la fase de distribución. Por eso llegar a la nominación es un motivo de gran alegría porque se abre una ventana para mostrar esta historia.

Y a Gaza le sigue Gas the Arabs ...

El corto Gaza habla de la Franja de Gaza mientras que el largometraje Gas the Arabs es un retrato de la población palestina en la Franja de Gaza y en Cisjordania.

¿Cómo le ha marcado ser testigo de esta realidad?

Fue una experiencia personal muy impactante que queda muy explícita en el documental.

¿Qué supone para esta historia la nominación?

Abordamos el documental con el objetivo de romper un silencio. Esa historia ya no tenía cabida en los medios. El hecho de que se nomine Gaza abre la posibilidad de hacer llegar sus historias a mucha más gente.

¿Qué le diría a un académico para convencerle de que Gaza

Le diría que es el momento idóneo para que desde la cultura se rompa este silencio de las historias que contamos. Es decir, aprovechar los Goya para hacer llegar esta realidad silenciada a mucha más gente que es el principal objetivo de nuestro corto.

Usa el cine

Exacto. Me interesan los temas sociales, aprovecho el documental para proyectarlos y generar una historia que pueda transformar la mirada o tenga un impacto social. El documental es perfecto para contar estas historias.

¿Cómo afecta el Goya de Jaume Carrió a las nominaciones de Kyoko (de Marcos Cabotá y Joan Bover) y KyokoGaza

Hay una doble lectura. Por una parte, hay el miedo de que sea un fracaso si no nos lo llevamos por el hecho de que dos de los cuatro proyectos nominados son mallorquines. Pero por otra, su Goya ha ha subido la autoestima del sector. Lo ha hecho más fuerte, ha sacado pecho y se ha convencido de que nuestras producciones pueden llegar a conquistar reconocmientos como un Goya. También nos ha favorecido que tanto los medios como las instituciones y la gente del sector sepan lo que significa ganarlo. Jaume Carrió y Laura Gost marcaron un camino y demostraron lo importante que era meter la patita en los Goya desde Balears. Que ahora nosotros repitamos, hace que la gente se vuelque más.

Además Gaza

Ha sido muy motivador porque hace dos años participé con mi primer corto Escucha mi mirada que llegó a la final. Ganarlo con Gaza ha sido cerrar un círculo.

Ahora está centrado en un largometraje documental. ¿Qué historia explica Destrucció creativa d'una ciutat

Es un retrato de Palma, de la parte más desconocida. Lejos de la imagen que llega al turista o de la Ciutat idealizada de los residentes, cuenta una historia de gentrificación, de lucha de clases y de feminismo a través de cuatro mujeres y cuatro barriadas de Palma. Lo rodamos en verano y ahora hemos alargado la fase de posproducción para, en primavera, poder completar la financiación en mercados y festivales. Así podremos darle una trayectoria más amplia y que llegue a más gente.