P ¿Qué novedades podrá descubrir el público que acuda al Trui Teatre el 26 de enero?

R Cantaremos 23 ó 24 temas y será un show en el que se podrá ver nuestro nuevo estilo. Llevamos cuatro bailarinas, que dan un juego brutal, y otros tantos músicos, con los que intentaremos sorprender. El repertorio recordará temas anteriores a nuestro nuevo disco, será una especie de medley.

P ¿Cuál ha sido el último directo que, como espectadores, les ha dejado boquiabiertos?

R El de Mariah Carey, a la que hemos visto en Madrid. Soñar es gratis, pero su directo es incomparable, como también lo son los de Rihanna y Justin Bieber. Alejandro Sanz también lleva un show muy completo, como el de Manuel Carrasco. No son espectáculos artificiales, son súper cercanos y transmiten esa cercanía al público. Muchas veces el show aisla al artista.

P ¿A qué obedece el cambio de GMLRS?

R Ha salido solo. Más que un cambio ha sido empezar de nuevo [también han cambiado de discográfica]. Ahora nos sentimos libres, ya podemos hacer la música que realmente nos gusta, componer nuestras propias letras, algo que antes no podíamos hacer. De ahí lo de empezar de cero. Ahora hacemos lo que queríamos hacer desde bien pequeños, porque realmente y aunque fuera sin querer nos hemos criado con la música latina, con el pop urbano que se lleva ahora.

P ¿Reniegan de algo de su trayectoria?

R Este mundo es un negocio y no todo sale siempre como uno quiere. Estamos felices pero hay cosas que no volveríamos a hacer nunca más. Por eso hemos hecho ese gran cambio, en todo, a nivel artístico, de estilismo, personal y también de equipo. Todo lo que nos ha pasado nos ha convertido en lo que somos ahora. De todo se aprende y de todo se sale. Lo que pasa es que cuando uno se equivoca en esta profesión suena mucho más.

P ¿Siempre han sido felices con su oficio?

R No.

P ¿Qué les birlaba la sonrisa?

R Muchas cosas. Nosotros somos cantantes y nos gusta subirnos a un escenario. Ahí sí somos felices. Si nos ponen trabas o no nos dejan hacer lo que nosotros queremos, ahí es cuando nos quitan la felicidad.

P ¿Cómo se enfrentaron a la composición?

R Cuando nos metieron a componer nos llevaron a Miami, sin tener ni idea de componer. Los dos estábamos atemorizados. Nos sentaron con gente que compone para Maluma; Julio Reyes Copello, que tiene ocho Grammy Latinos; con Andrés Castro, con 14 Grammy Latinos€ Salió solo. Gracias a Dios nos está yendo bastante bien y estamos muy contentos del trabajo realizado.

P Otro músico con Grammy es Silvestre Dangond, con quien cantan en la nueva versión del Yo no contaba contigo. ¿Qué les llevó hasta esta estrella del vallenato?

R No sé por qué pero la conexión que tenemos con Colombia es brutal. Trabajar con Silvestre ha sido algo mágico. Al fin y al cabo la música son contactos y todo va de boca en boca. Muchas veces los artistas ni nos conocemos, lo que manda es la canción, y más ahora, con el mundo de la música como está. ¿Quién se iba a imaginar que Despacito de Luis Fonsi iba a ser la canción más escuchada del mundo? Hoy en día todo el mundo está apostando muy fuerte con lo latino, con la música en castellano.

P ¿Cuál es el país latinoamericano que más adora a Gemeliers?

R México y, sobre todo, Colombia. Allí hemos triunfado por Silvestre Dangond, alguien fuera de lo común. En Colombia, Silvestre es una religión, la llaman el silvestrismo. Sus fieles visten del mismo color, le entregan niños para que los toque, es una locura que arrasa, con conciertos con más de 100.000 personas, una barbaridad.

P ¿Ustedes también son practicantes, en materia de religión?

R Creemos mucho, sí. Antes de los conciertos tenemos nuestro ritual: rezamos con toda la banda, aunque haya algunos que no crean. Eso nos da fuerza y confianza antes de salir al escenario.

P ¿Siguen pensando que "lo mejor está por venir", como dice una de sus canciones más populares?

R Por supuesto. Afrontamos cada año con más fuerza y con más ganas. Siempre aspiramos a más, aunque cada vez es más difícil porque nuestros objetivos son altos: queremos conquistar el mundo.

P ¿Qué esperan del 2019?

R Salud y felicidad, eso lo primero. Después éxito y seguir disfrutando de la música. Queremos recoger todo lo que hemos sembrado, porque estamos trabajando bastante duro.

P ¿Notan el aliento de la competencia en la nuca?

R Siempre hay competencia en el mundo de la música pero hoy en día mejor tener aliados que enemigos. Quien quiera compartir algo con nosotros que se anime, somos abiertos. Todos los artistas somos diferentes. Hay quien funciona mejor en redes, otros en shows, streaming, en firmas...

P ¿En qué falla Gemeliers?

R Las redes sociales me dan cierta pereza (habla Daniel Oviedo) pero tampoco me van mal.

P En las redes les alaban pero también les dan muchos palos.

R No todo el mundo come del mismo pan. Hay gente a la que le gustamos y otra a la que no. Lo que pasa es que la educación la tienen unos y otros no. Nosotros no vamos por ahí divulgando lo que nos desagrada.

P A punto de cumplir los 20 añitos. ¿Cómo se ven a los 40?

R Ojalá sigamos con nuestra carrera, y si no es haciendo shows por lo menos componiendo para otros artistas.

P ¿Cuándo supieron que estaban llamados a triunfar en el mundo de la música?

R Nunca lo supimos. Todo ha sido sorpresa. Hubo firmas de discos a la que no vino nadie, solo nuestros padres.

P Dijeron antes que se sienten libres, ¿aunque su padre continúe viajando con ustedes?

R Es cierto que cuando estamos en casa mucho tiempo pensamos: "Joder, qué coñazo, ya tenemos 20 años". Pero necesitamos a nuestro padre, necesitamos seguir educándonos. Somos muy jóvenes. Nuestra familia forma parte del proyecto. Nuestro padre es quien lo gestiona todo, el que se encarga de las cosas que no se ven.

P ¿Qué música se escuchaba en casa de sus padres cuando eran niños?

R De todo: Raphael, Nino Bravo, Camarón, Miguel Bosé... Nosotros lo mismo te cantamos una bulería que un poco de reguetón.

P ¿Dejarían a sus hijas, de tenerlas, salir con un Gemelier?

R Hace un par de añitos, no. Los dos estábamos perdidos. Las hormonas estaban a flor de piel. Éramos unos niños, eso sí, siempre con la educación por delante, tanto con los hombres como con las mujeres. Andábamos todo el día por ahí, con muchas amigas, hoteles, pero siempre con cabeza, nada de locuras. Bueno, alguna que otra sí.

P ¿Flirteaban siempre juntos?

R A veces alguno se quedaba solo (risas).

P Hablan en pasado. ¿Ya han madurado?

R Sí, sí, ya nos hemos hartado.

P ¿Alguna vez han interpretado canciones con letras sexistas?

R En nuestro repertorio no hay cabida para esas canciones aunque al final todo el mundo acaba escuchando ese tipo de música. Es lo que se lleva ahora. Y muchas veces la gente canta sin saber lo que está cantando. Nosotros siempre hemos sido bastante respetuosos con nuestras letras porque lo somos en nuestro día a día real. Pero bueno, un poco de picardía sí se puede tener, ninguno de los dos somos tontos, pero sin faltar el respeto a nadie, ni a la mujer ni al hombre.

P ¿Hay letras, de otros, que les escandalizan?

R Sí, hay muchas letras que escandalizan y que resultan muy obscenas. No hay filtros. No diremos nombres pero las letras cada vez van a peor. Ya no se lleva el amor de antes. Ahora se va a una discoteca, se dan tres besitos y para la cama. Nosotros preferimos ahondar en el amor.

P ¿El amor les ha tratado bien?

R Siempre hay de todo, se falla, se vuelven a cometer fallos, se sale... Pero bueno, no nos va mal.

P Siempre de ciudad en ciudad, ¿han percibido el clima de crispación que se ha instalado en España?

R En un concierto no hablamos de política, no vamos a manifestarnos, sino a pasarlo bien, a divertirnos durante hora y media. La música es salvación. Y tiene poderes sanadores. Muchos niños que lo están pasando mal en hospitales nos envían cartas contándonos que van con los auriculares y nuestra música camino del quirófano. También hay otros que nos confiesan que Gemeliers les ayuda contra el bullying, tan presente en las redes y colegios.

P ¿Qué aterra a Gemeliers?

R El fracaso.