Israel Galván (Sevilla, 1973) es el embajador indiscutible de la danza española viva. El Premio Nacional de Danza en 2005 lleva dos décadas respondiendo a la pregunta de si la técnica más depurada puede convivir con el salvajismo más descarnado. Y es que su baile va unido al conocimiento y a la práctica de un arte de raíz, pero también a sus investigaciones que han redimensionado el espacio del baile flamenco a un nuevo nivel. Sin ninguna duda, su arte ha dinamitado todos los clichés y vuelto del revés los escenarios y plateas de los festivales y teatros más exigentes del mundo. Mañana a las 20 horas eclipsará al Teatre Principal con Fla.co.men,Fla.co.men un espectáculo donde los espectadores disfrutarán del arte de Israel Galván en estado puro. La escena se inundará con su espíritu de vanguardia. Su montaje es un claro homenaje al sonido desnudo con la expresividad extrema del creador. Su cuerpo muta en un instrumento más. "El cuerpo habla, grita, gime". En Fla.co.men, Israel Galván es una máquina que suena en toda su pureza.

¿Qué presenta Fla.co.men ?

Es un concierto de sensaciones, de sonidos diferentes. La gente me dice que en Fla.co.men es como si se quitara el peso de los conciertos de flamenco, que tienen como una tensión añadida. El flamenco siempre está ligado a esa violencia, que es necesaria pero en este espectáculo damos más libertad al flamenco. Voy con la filosofía de soltar un poco. En el flamenco hay muchas normas y es como jugar con estos roles sin tomarlos tan en serio. Sería como si lleváramos un corsé y nos lo quitáramos. En Fla.co.men

¿A qué rinde homenaje Fla.co.men ?

A la libertad.

¿Nació cómo una revisión de otras obras suya?

Había hecho varias obras y quería desteatralizar las piezas que había creado para llevarlas a concierto, sin escenografía, sin grandes formatos pero al final no pude porque me salió una cosa nueva. Fla.co.men nació como la intención de recopilar coreografías pero surgió todo un mundo nuevo. Fla.co.men

Israel Galván siempre experimentando...

La verdad es que mi forma de seguir bailando es cambiándome a mí mismo. Si experimento no es por una necesidad de querer cambiar el flamenco, es una necesidad que tengo yo. Necesito convertirme en un bailaor nuevo en cada obra, necesito incorporar nuevas sensaciones. Me quiero sorprender a mí mismo y al público.

Asegura que actuar en según qué espacios influye a la hora de bailar. ¿Cómo bailará en el Teatre Principal?

Es la primera vez que actúo en el Teatre Principal. El público siempre suele reaccionar de una forma parecida pero es verdad que el teatro en sí lo veo como una parte de la escenografía, por eso, es imposible calcar una función. En el espacio el bailaor es un músico, zapatea, por ello, el teatro forma parte del espectáculo. Es como entrar dentro de un cajón, vamos a ver cómo suena el cajón del Teatre Principal.

En septiembre llevó su Arena a la plaza de toros de La Maestranza. ¿En qué lugar inusual le gustaría llevar su danza?

Me apetecería llevarla a mi casa. En vez de ir yo, que vinieran ellos. Les abriría mi casa y bailaría en el pasillo, en el salón....

¿Con el paso de los años ha ido bailando más flamenco?

Desde que bailo, bailo flamenco pero hay unos ciclos. Uno aprende movimientos nuevos pero es verdad que con los años vas más a lo esencial, se te quita la presión de bailar flamenco. Entras en un lenguaje propio, sin presión. El flamenco está en mi interior, no lo tengo que buscar.

¿Cómo entiende el flamenco Israel Galván?

Yo entiendo el flamenco de siempre. Ha habido una gran diversidad de artistas que han creado cosas nuevas. Entiendo el flamenco como un estado que siempre se está renovando. Siempre aparecen artistas nuevos. El flamenco se ha convertido en un familiar mío. Si lo cuidas, no te abandona.

¿Cómo le ha marcado el hecho de ser hijo de bailaores ?

Me ha marcado en el sentido que soy bailaor porque yo no quería bailar. Al no querer bailar pero me obligaban, me inventé una rebeldía. Es decir, bailaba como quería para que no me llamaran. Esta rebeldía me creó una libertad y a la vez el público descubrió una forma de bailar nueva.

¿Dónde se siente más libre bailando en España o fuera de España?

Es verdad que al principio me sentía más cómodo bailando fuera. Hubo un momento que en España bailaba más rápido porque quería terminar antes para que la gente no sufriera. En Francia descubrí el silencio. No notaba murmullos. Con el tiempo he pasado a sentirme cómodo con el público en todos lados.