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Crítica de cine

No hay pueblo sin víctimas

Chapó en primer lugar a Pedro Almodóvar por ayudar con su renombre a difundir este documental, centrado en la lucha a lo largo de los seis últimos años del colectivo impulsor de la memoria histórica. Destacan el abogado argentino Carlos Slepoy (fallecido el año pasado) apoyando a torturados en los últimos años de la dictadura como Jose María Galante 'Chato', familiares de ajusticiados en los primeros años de posguerra como la nonagenaria (también recién fallecida) María Martín, o Ascensión Mendieta, que luchan por identificar y dar un entierro digno a sus parientes; y madres de bebés robados en un hospital de La Línea en un disimulado programa de eugenesia ideológica.

La pregunta que se hacen los afectados, y los espectadores, es ¿por qué sigue habiendo una resistencia fuertísima, por parte de muchos políticos y (casi) todos los jueces españoles a reconocer que en vida de Franco se produjeron crímenes de lesa humanidad a gran escala? Para los simpatizantes o descendientes de franquistas es un error reabrir heridas, simple revanchismo. Para las víctimas, los torturados por Billy el Niño en la Lubianka de la Puerta del Sol, los hijos y nietos de campesinos fusilados en una cuneta o paredón sin juicio y enterrados en fosas anónimas, o las madres engañadas para usurparles sus vástagos, no es desquite. Es recuperar la dignidad. Perdonar u olvidar son decisiones que toma cada uno. Exigir contrición a los que hicieron daño adrede, por ideología, fanatismo, envidias locales o sadismo, lo consideran un derecho irrenunciable. Creen que si no se aclaran y difunden estos crímenes la historia se repetirá. Este documental es un pequeño balón de oxígeno en su lucha, por eso merece ser visto.

El silencio de otros

****½

Nacionalidad: España, Estados Unidos, 96 min. Director: Almudena Carracedo, Robert Bahar Actores: (documental)

Cines: CineCiutat

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