Lo mejor es enemigo de lo bueno, la sabiduría de Voltaire resucita en películas como esta. Prólogo: un hombre llega a una habitación de motel con una bolsa de viaje, esconde la maleta en el subsuelo y poco después es asesinado. Segunda secuencia: Finales de los 60, un vendedor de aspiradoras (Hamm), una afroamericana (Erivo), un clérigo (Bridges) y una hippie (Johnson) coinciden en la recepción de un motel, el Royale del título, peculiar por ubicarse en la frontera de los estados de California (paraíso de vividores) y Nevada (ídem de ludópatas), con una raya de pintura separando la mitad de las habitaciones y la recepción y sala de asueto en dos. Ese arranque remite a una de las máximas de Hitchcock: el espectador puede saber más que los personajes, pero el guionista siempre debe saber más que el espectador.
Con un interesante planteamiento Drew Goddard, más curtido como productor y guionista que como director, se encuentra ante el dilema de seguir los pasos de Hitchcock, Tarantino, o sólidos thrillers como Un botín de 500.000 dólares (M. Cimino, 1974, con un jovencísimo Jeff Bridges y Clint Eastwod disfrazándose de cura). En vez de continuar por la pista cómoda, afinando el suspense y los personajes, Goddard se tira al monte añadiendo tramas sociales, el FBI, una peligrosa secta, un traumatizado excombatiente de Vietnam y filmaciones secretas de peces muy gordos que han utilizado el motel como picadero de lujo (inspirado en uno real que montó Frank Sinatra). Tal acumulación alarga mucho la película, provoca altibajos de ritmo y acentúa la irrealidad. Queda una película bastante resultona, muy impostada y con Jeff Bridges exultante.
Malos tiempos en el Royale
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Nacionalidad: Estados Unidos, 142 min. Director: Drew Goddard
Actores: Jeff Bridges, Cynthia Erivo, Dakota Johnson, John Hamm, Chris Hemworth
Cines: Augusta, Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park
