Max ha prescindido de la palabra en su última novela gráfica, Rey Carbón (Ediciones La Cúpula), una obra experimental que culmina el proceso que inició con Vapor. El dibujante regresa al origen de la viñeta, limpiándola de todo aquello innecesario para narrar la historia. El resultado es un dibujo muy potente y desnudo que habla por sí mismo.

En Rey Carbón, Max imagina, a partir de la fábula de Plinio, una historia en la que hilo (narrativa) y contorno (imagen) son una y la misma cosa, y propone un flujo visual libre en el que el dibujo habla por sí mismo y sobre sí mismo.

El Premio Nacional vuelve a proponerle al lector un juego para que éste interprete las ideas y guiños sugeridos en las páginas. Es una lectura exigente sobre temas universales. Con el humor socarrón de Max al fondo.