P ¿Qué presenta Ya lo digo yo ?
R El título siempre suele ser alguna frase que se utiliza en mi pueblo. Ya lo digo yo es una expresión que se usa para acabar con especulaciones. En el montaje trataré cosas que todos vemos en nuestra vida cotidiana y que nadie se atreve a decir. No son temas escabrosos, son temas banales. Utilizo el vídeo, la música o la interacción con el público, además canto, imito voces, hago doblaje? Es el espectáculo más completo que he hecho nunca.
P La improvisación tiene un peso importante. ¿Con qué predisposición deben venir el público al Trui Teatre?es improvisación?
R Si el espectáculo dura una hora y media, por lo menos 40 minutos son de improvisación. Es increíble cómo responde el público porque viene con la actitud de divertirse. Es un espectáculo donde el público está participando todo el rato. Deben acudir con ganas de disfrutar y dejarse llevar.
P ¿Qué aporta el teatro?
R El teatro es inmediatez, es acción-reacción. En un teatro notas, en el caso del Trui Teatre, como más de mil personas reaccionan a un chiste que has preparado en casa. Es la magia que se crea cuando sueltas algo que has creado y funciona.
P ¿Cómo vive un cómico la polémica suscitada por el sketch
R Las redes sociales hacen que todas las noticias corran muy rápido. Antes cuando mirabas la tele, lo comentabas en círculos cercanos. Cada uno tiene que hacer el humor en el que cree y el que le gusta. Conocer el contexto dónde se dicen y cómo se dicen creo que es muy importante.
P ¿Cree que los humoristas llegarán a autocensurarse?
R Los cómicos hacen el humor que les apetece, no creo que se autocensuren. Por eso hay un abanico muy grande de humoristas y el público debe consumir el tipo de humor que le guste.
P Peligra la libertad creativa?
R No debe peligrar y el cómico debe luchar por ella. De todas maneras siempre digo que en los grupos de WhatsApp seguramente se mandan y se dicen cosas mucho más bestias y que van mucho más al límite que las que pueda decir un cómico pero parece que con nuestros amigos tenemos otra vara de medir. Hay que reflexionar pero sobre todo hay que saber cuál es el contexto de los chistes para que no peligre el humor.
