Javier Gurruchaga aterrizó anoche en Es Gremi con un show en el que repasó 42 años de andadura con la Orquesta Mondragón. "Es un espectáculo como los clásicos de la Fitzgerald, Rolling Stones, The Kinks, salvando las distancias: viejos grupos, viejas carreteras, pero con ganas y mirando hacia el futuro", explica.

Durante la actuación presentó su último trabajo recopilatorio, Noticia bomba, un guiño a las fake news y a la novela Scoop de Evelyn Waugh. En el álbum destacan dos temas nuevos, uno de ellos dedicado a Trump. "Ahora que ha perdido el Congreso algo tendremos que decir sobre el tema", apunta.

"En general, creo que vivimos unos tiempos raros. Veo muchas coincidencias con los años 30 en la cuestión del resurgimiento en Europa de los supremacismos y fascismos, que tienen como modelo al hombre de pelo amarillo y piel naranja [refiriéndose a Trump]", opina. "Basta ver cómo trata a los periodistas. Esa manera de dirigirse a la gente sólo la he visto en el Nerón de Quo Vadis?", señala. "¡Cómo gesticula! Estoy de acuerdo con lo que dijo Robert De Niro: Trump es un actor muy malo", añade.

Gurruchaga confiesa que lo que le animó a hacer la parodia del presidente de EE UU en los conciertos es la "fantástica imitación que hace Alec Baldwin de él en el Saturday Night Live". También reconoce que le gustó mucho cuando Roger Waters en su concierto sacó un cerdo gigante y dijo que ese animal era Trump. "Con 73 años y teniendo en cuenta quien es, Waters puede decir eso. El resto pues lo tenemos difícil. Mira el caso de Dani Mateo, a quien le acaban de anular una actuación en Valencia", indica. "Son momentos de regresión y de censura, incluso en gente de izquierdas. Por ejemplo, con el caso del #MeToo. No todo es acoso. Yo defiendo la igualdad, por supuesto, pero las cosas se están llevando a extremos. Hay censura también cuando hablamos de un exceso de corrección política", sostiene.

En este estado de cosas, Gurruchaga echa de menos los años 80, "aquella libertad fue maravillosa: La Bola de Cristal, Viaje con nosotros... Se podían decir muchísimas más cosas que ahora, unos tiempos en los que todo el mundo se autocensura para poder continuar trabajando porque estamos en el s how business", comenta.

Las redes sociales son otra de aquellas cosas modernas que repelen a Javier. "Mi amigo Juan Cruz explicó a la perfección el otro día por qué cerraba su cuenta de Twitter. Los insultos y ataques que recibes de gente que lo hace cobardemente es increíble. Eh, tú, dime eso a la cara, hijoputa, ve de frente".

El auge de la ultraderecha es otra de las preocupaciones del músico. "Recomiendo muchísimo visitar la exposición sobre Auschwitz que está en el Centro de Arte Canal de Madrid. Lo explica todo. Y también creo que se debe acompañar de la lectura de Si esto es un hombre, de Primo Levi, el último libro que me he leído", concluye.