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Yunez Chaib: "Siempre que puedo convierto el racismo en comedia porque es una manera de superarlo"

"El objetivo del humor negro es picar, alterar al público pero cuando hablo de terrorismo noto que los espectadores empatizan" - "Hoy en día son malos tiempos para ser árabe porque por culpa de muy poca gente (los terroristas) se ha manchado a un pueblo entero"

El humorista Yunez Chaib presenta su monólogo este viernes en el Festival del Humor. b.ramon

Yunez Chaib (Melilla, 1994) debuta este viernes en el Festival del Humor con No hablo mi idioma. El año pasado ganó el Concurso de Cómicos FesJaJá pero desde la organización aseguran que no le hubiera hecho falta conquistar el certamen para colarse en el cartel. “Es uno de los artistas emergentes del momento y su presencia era obligatoria en la edición de este año”. Yunez Chaib, cuya familia llegó a Manacor cuando tenía seis meses, presenta un monólogo que estrenó el año pasado y que va mejorándolo continuamente.

¿Qué presenta No hablo mi idioma?

Es un monólogo de stand-up comedy donde trato desde el humor temas polémicos que hoy en día están a flor de piel como el terrorismo o ser árabe pero también incluyo otros temas que no son tan conflictivos. La verdad es que por muy polémicos que sean los temas, casi nadie se molesta porque saben que lo digo desde mi punto de vista. Por mucho que el tema sea de humor negro si lo digo yo que soy de origen árabe no genera lo que genera el humor negro. Me explico. El humor negro sirve para picar, para alterar al público pero cuando hablo de terrorismo no noto que los espectadores se piquen. La gente percibe mi ironía. Hay una empatía con el público.

Cada semana el universo le regala unas dosis de racismo...

Es verdad, pero ahora que caigo hace semanas que no sufro ningún episodio de racismo. A nivel europeo la cosa se ha calmado, pero hubo una temporada que había atentados semanales y eso se notaba en las miradas y en los comentarios de los ciudadanos. Yo los anotaba y luego los incluía en mi espectáculo. Me ha dado mucho juego. Siempre que puedo convertir esas dosis de racismo en comedia, lo hago, es una manera de superarlo.

Llegó a Manacor con seis meses de edad y está más que integrado...

Pero siempre hay prejuicios. Puede ser que yo también los exagere. Más que prejuicios, hay muchas curiosidades para saber de dónde procedo. Yo siempre les digo de Manacor aunque sé por qué me lo piden. Es curioso que una persona te hable en mallorquín cuando su físico indica que es de otro país. Tengo claro que dentro de unos años, eso ya no llamará la atención porque la integración va por generaciones. Muchos niños ya hablan en mallorquín aunque sus padres no lo hablen. Eso es la integración.

¿El humor es una buena arma para tratar temas polémicos como el terrorismo?

Es una buena arma, pero se debe saber utilizar. Es cierto que hoy en día hay la idea de que no te puedes reír de ciertos temas pero creo que es porque a estas personas no les han contado un buen chiste sobre este tema.

¿Y cómo es ser árabe en tiempos difíciles?

Desde mi punto de vista soy un árabe muy integrado. Existen prejuicios pero yo no tengo nada que ver con el terrorismo. Físicamente la sociedad te etiqueta como árabe y es difícil luchar contra esta etiqueta. Hoy en día son tiempos difíciles para ser árabe porque por culpa de muy poca gente (los terroristas) se ha manchado a un pueblo entero.

¿Es difícil hacer reír?

La misma noche que había un atentado en Europa, intentaba actuar en alguna sala con los chistes de temática más terrorista. Generalmente mi monólogo gustaba mucho más y yo me sentía mejor al tener esa complicidad con la gente. Era una manera de superar el mal día que había sufrido por los atentados. Mis padres son los primeros que se enfadan cuando hay un ataque terrorista. Resulta que en las noticias salía que las características del terrorista islámico sospechoso eran las de un joven, de padres extranjeros y radicalizado en el país donde reside. Cumplía todos los requisitos menos el de radicalizado. Podía ser yo, por eso, iba a actuar para aportar mi grano de arena y demostrar que no todos somos terroristas porque cada vez que hay un atentado crece el racismo.

¿Cuáles son las claves de un buen monólogo?

La originalidad y la gracia. Está muy bien que haya reivindicaciones y que se innove pero el ingrediente básico es hacer reír.

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