La obra argentina La omisión de la familia Coleman, escrita y dirigida por uno de los nombres más reconocidos del drama porteño (Buenos Aires), Claudio Tolcachir, llega a Mallorca por primera vez en sus trece años de existencia -y de triunfo- el próximo viernes, 9 de noviembre, durante la que "se supone" que será su última gira. "Se supone" porque así se ha anunciado, aunque los intérpretes se declaren "enganchados" a la obra. "Nunca se sabe. Nosotros siempre decimos que hasta que no la veas, no pararemos" apuntaron en una entrevista con DIARIO de MALLORCA tres de los ocho actores que suben a escena -Jorge Castaño, quien encarna al médico desde la primera función de la obra; Fernando Sala, en el papel de Mario; y Cristina Maresca, la abuela- momentos antes de una de sus últimas funciones en los Teatros del Canal de Madrid, una de las visitas de su actual gira europea, que les traerá hasta Mallorca para visitar después Francia. Quizás esta sea la única oportunidad para los isleños de conocer a la familia Coleman, aunque los mismos intérpretes lo pongan en duda. Quien lo haga "no se va a arrepentir", aseguran los argentinos. Además, el texto está más vivo que nunca y su interés sigue al alza. No por menos se acaba de producir la obra en catalán, recientemente estrenada en el festival de teatro Temporada Alta de Girona, dirigida también por Claudio Tolcachir.

Los números que recoge una de las familias más dramáticas de la actualidad hablan solos y hacen apetitosa la propuesta: más de 2.000 representaciones por todo el mundo, subtitulada en ocho idiomas, vista por más de 265.000 espectadores y con funciones en 22 países, entre ellos Bosnia, Alemania, Francia, Canadá, Serbia, China, Panamá, Perú o Estados Unidos. Se dice rápido, pero han pasado trece años desde que este texto de Tolcachir, creado a modo de experimento, a partir de improvisaciones y propuestas de los mismos intérpretes, se representara por primera vez en Buenos Aires con la intención de estar tan solo unos meses en cartelera. Fueron las paredes del espacio Timbre 4, también nombre de la compañía y un lugar de referencia del off porteño -el teatro alternativo de Buenos Aires-, las que vieron nacer, crecer y convertirse en fenómeno esta propuesta.

Todo lo que ocurre está enmarcado por una escenografía sencilla, que evoca, por una parte, la casa de la abuela donde vive toda -o casi toda- la familia y, por otra parte, una habitación de hospital. Discreto y sin artificios, pero suficiente. Es en estos dos espacios donde suceden los diálogos y acciones que, poco a poco, permitirán al espectador descubrir los secretos que hacen que esta familia sea tan especial, tan normal y tan rara, que permanece unida -aunque solo sea por el hecho de dormir bajo el mismo techo- en medio de una convivencia absurda, imposible y llevada al límite. Pero ya se sabe: "La familia es la familia con todo lo bueno y lo malo", apunta el veterano Jorge Castaño, que lleva desde el principio en el obra.

La omisión de la familia Coleman es tragicomedia en estado puro. Temas tan conflictivos y sensibles como la pobreza, la enfermedad, la pérdida y la complicidad de los vínculos familiares se tratan desde el humor, algo que a veces incomoda y provoca que uno no se sepa si reír, rabiar o llorar. "El público se va midiendo, porque no a todos nos hace reír lo mismo", aseguran los intérpretes. Y es que lo cotidiano puede ser perturbador y reconfortante a partes iguales.