Còmic Nostrum. Festival Internacional del Cómic

de Mallorca

Casal Solleric. P. del Born, 27 Palma

Colectiva. Horario: De martes a sábado, de 11 a 14 h y de 15:30 a 20:30 h. Domingos y festivos, de 11 a 14:30 h. Fecha de cierre: 21 de noviembre de 2018.

o hace demasiados días que el mundo del cómic mallorquín celebró su semana grande. Como lleva sucediendo desde el 2012, el Clúster de Còmic i nous media de Mallorca, una asociación muy activa en el terreno cultural, se encarga de la organización de este esperado evento que en estos seis años ha conseguido un importante reconocimiento.

Aunque las presentaciones, conciertos, talleres, masterclass, visitas guiadas, mesas redondas y lecturas dramatizadas se concentraron en los cuatro días que duró el festival, hasta mediados de noviembre se pueden visitar varias exposiciones, bastante diferentes entre sí, que comparten, como no podía ser de otra manera, el lenguaje del cómic.

Las de Keko y Kim son dos exposiciones clásicas. En ellas se hace un recorrido por las obras y temáticas más representativas de estos dos autores de prestigio con la exhibición de los bocetos y las tiras finales, haciendo partícipe al público del proceso de creación.

En la de Kim, Premio Nacional de Cómic en el 2010, destacan los dibujos de exquisito trazo y cuidado color. Una lectura detenida de las viñetas de "Martínez el Facha", personaje persistente en las páginas de la emblemática revista El Jueves desde 1977 hasta hoy, revela, no sin cierto espanto por mi parte, cómo desde hace 40 años la sociedad española vive enfrascada en una lucha ideológica cuyos extremismos van dando bandazos adoptando diferentes colores y banderas.

La personalidad artística de Keko queda perfectamente reflejada en las tiras seleccionadas para su muestra. Con una línea depurada y apelando a la simplificación de formas y colores llegando al bicromatismo con reminiscencias del cine negro americano de los años 50, Keko reflexiona sobre ciertas temáticas relativas a la psicología humana. Por deformación profesional, no puedo dejar de mencionar con simpatía la tira "Bob Deler" sobre un crítico de arte agobiado por el dilema entre decir lo que realmente piensa y el mantenerse tibio en sus opiniones para no enemistarse con sus "criticados".

La sala relativa a la panorámica del cómic sueco internacional tiene buena pinta, aunque lamentablemente, los que no hemos refrescado las lecciones de sueco últimamente, no podemos más que contentarnos con la contemplación de las imágenes sin llegar a entender el alma de la historia. Sin tener que traducir cada línea del texto exhaustivamente, hubiera bastado con un resumen del contenido de cada tira.

No hay nada peor que llegar a un sitio con las expectativas demasiado altas. Después de escuchar en prensa a bombo y platillo que este año las mujeres tomaban el poder de Còmic Nostrum, la realidad es que El Terror de les nenes, el proyecto colectivo de Eva Barceló, Flavia Gargiulo, Enriqueta Llorca, Nívola Uyá y Margalida Vinyes, se encuentra en un pequeño espacio de transición entre las dos grandes salas, con una sucinta muestra del trabajo de cada una de estas mujeres. Pero más allá de esta cuestión espacial, lo que me preocupa es que la reivindicación de la mujer se esté limitando en exceso a la visibilización de las supuestas temáticas femeninas.

Entiendo el objetivo de la discriminación positiva, pero creo que ya ha llegado el momento de hacer exposiciones sin distinción de géneros en las que las mujeres tengan cabida no porque deban sensibilizar a la sociedad de las temáticas que presumiblemente les importan, sino simplemente porque son buenas artistas. Una mujer corriente tiene muchos más temas de conversación en su día a día que el aborto, la depilación, el ginecólogo o las cremas antiarrugas. ¿Por qué las mujeres artistas no? Sé que las artistas antes mencionadas son grandes autoras más que capaces de verter su talento y fantasía en temáticas "no femeninas". Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Las políticas socio-culturales actuales? ¿Oportunismo? Quizá parezca raro, pero opino que este tipo de exposiciones, en pleno 2018, hacen un flaco favor al feminismo entendido como igualdad desde la diferencia.