El ideal de un biopic es evitar tanto la hagiografía como el panfleto sensacionalista. El gran escollo es que los descendientes del homenajeado (o en el caso de un artista, los receptores de sus derechos de autor), suelen exigir pernada, meter la zarpa, controlar el resultado final. Algunos cineastas han intentado esquivar el muro con mucha imaginación ( I'm not there, Todd Haynes, 2007, sobre Bob Dylan) o rigor (el documental Amy, Asif Kapadia, 2015). Bryan Singer ha arrojado la toalla en este filme y ha buscado la eficacia, disimular las fallas y potenciar las cimas de Freddie Mercury y el grupo Queen.
Las dos principales debilidades de Mercury, la homosexualidad descarrilada hacia relaciones de riesgo y su adicción a los estupefacientes, se muestran muy, muy de pasada, como pecadillos esporádicos cuando en absoluto lo fueron. Y se incide mucho en la relación bisexual con Mary Austin, aunque con listón de dramoncete, sin remarcar lo suficiente si había cariño auténtico o la utilizaba como refugio para capear borrascas anímicas. La película se concentra sobre todo en ensalzar sus virtudes, su osadía al desafiar a su familia pakistaní o los productores musicales, su creatividad, sus dotes vocales y coreográficas. En definitiva, su carisma, que lo tuvo. Para los espectadores no fanáticos del grupo las mejores escenas son las batallitas del parto de varios de sus temas más exitosos y la recreación de su actuación en el megaconcierto Live Aid de 1985, cuando ya le habían diagnosticado sida. La realización es correcta, o sea, plana, y la actuación de Rami Malek notoria, a pesar de su demasiado patente dentadura postiza. Biopic sólo (casi) para irredentos de Queen.
Bohemian Rhapsody
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Nacionalidad: Estados Unidos, 134 min.
Director: Bryan Singer
Actores: Rami Malek, Lucy Boyton, Gwylim Lee, Aidan Gillen
Cines: Augusta, Rivoli, Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor
