La diva del cine español, Marisa Paredes, ha reivindicado el papel de actriz en su visita en Palma con motivo del festival Evolution que esta noche reconoce su dilatada carrera entregándole el Premio Honorífico. La estrella ha brillado en la terraza del Hotel Cort en su encuentro con la prensa. “El nombre del festival me parece una acierto. Hay que evolucionar”, ha sentenciado. Lo que sí ha evolucionado en el cine son los papeles femeninos. “Eso de ningunear a las mujeres en el cine ya se ha acabado. Ya era hora”, ha afirmado rotunda. “Los jóvenes directores tienen menos prejuicios porque han nacido y han vivido en otra sociedad. El mundo femenino ha tomado una posición que hace que se fijen en nosotras como personas. También influye que hay más directoras, por ello, sus personajes principales son mujeres”, ha desgranado la actriz que ha elegido La flor de mi secreto de Pedro AlmodóvarLa flor de mi secreto para proyectar en el festival como retrospectiva.

“La película tenía mucho que ver con Almodóvar. Leo Macías es una escritora de novela rosa pero que quiere escribir otro tipo de literatura pero debe cumplir el contrato con la editorial. Ella decía que no podía escribir novela rosa cuando lo que sentía era todo negro. La historia de Pedro coincidía con la de La flor de mi secreto. Sus primeras películas siempre mostraban su carácter irreverente, modernista, rompedor pero llegó un momento que tenía otras inquietudes. Leo Macías vivía un momento parecido”, ha justificado.

La chica Almodóvar que cautivó a una generación y que sigue enamorando al público, ha confesado que el director manchego le ha marcado mucho. “Abre las puertas del mundo a la gente. Su forma de trabajar es completamente diferente a los demás”. “Siempre fue un director distinto y rompedor con todo lo que hacía”, ha reconocido. Sobre sus personajes femeninos, no ha dudado en afirmar que el manchego convierte en “mágico” el papel de las mujeres que salen en sus películas. “Las mujeres damos la vida en cualquier momento. Somos rompedoras, luchadoras y Pedro lo vio enseguida. El personaje de la mujer siempre le ha parecido más estimulante, más curioso y más estratégico. Pedro me ha marcado en todos los sentidos”. “Lo bueno de Almodóvar, además de lo extraordinario que es como director, es que da unas posibilidades inmensas a las actrices de este país con sus personajes que diseña. Los masculinos se le han resistido más pero cada vez los crea mejores”, ha detallado tras confesar que sintió "la llamada" de irse a América después de estrenar Tacones lejanos pero “no era el momento de cruzar el charco por las bravas" ya que tenía “una hija, una madre y una familia”. “Ahora a lo mejor me hubiera ido pero hay muchas más comodidades”.

De todas formas, la actriz se siente más que satisfecha con su carrera. “Quería ser actriz desde pequeña y lo he conseguido”, ha afirmado y ha reconocido que uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de decir a su familia que quería dedicarse a la interpretación era cómo comunicárselo a su abuela. “En aquellos tiempos, si queríamos ser actrices éramos unas perdidas, bohemias y viciosas que nos íbamos a drogar”, ha recordado.

Marisa Paredes no ha dudado en reivindicar el oficio de actriz. En la gran pantalla la podemos ver en Petra de Jaime Rosales, un director que trabaja con “actores naturales”. “La primera vez que le oí quise matarlo. A mi me gusta actuar. Trato de ser una actriz que ejerce su oficio de la mejor manera que sé. Los personajes hay que defenderlos sean como sean”, ha sentenciado para luego asegurar que los directores a lo que no deben renunciar “de ninguna manera” es a la esencia que tienen como creadores.