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Kim, el recuerdo de una emigración hecho cómic

El Premio Nacional expone en el Solleric originales de 'Nieve en los bolsillos', donde evoca a los inmigrantes españoles en Alemania durante los años 60

El dibujante catalán Kim, ayer, en el Casal Solleric. guillem bosch

Relata el dibujante Kim que la historia de su última novela gráfica, Nieve en los bolsillos, la tenía escondida en el lugar más recóndito de su memoria. "Es un tema tan sórdido que ni siquiera había hablado de él con mis amigos", confiesa. En estas páginas -algunos originales están expuestos en el Solleric con motivo del Còmic Nostrum- el Premio Nacional narra la vida de varios inmigrantes españoles en Alemania durante los años 60, "gente con la que compartí mucha cosas. Personas cuya historia ha caído en el olvido y ahora he querido recordar", declara.

El dibujante relata que él puso rumbo a Alemania para ahorrar. "En breve tenía que ir a la mili y quería hacerla con un poco de dinero en el bolsillo. En esa época había dejado también los estudios de Bellas Artes", cuenta. "Acabé en un pueblo industrial, estuve en un albergue donde todo eran españoles y descubrí vidas bastante duras", continúa. Por ejemplo, la de un hombre que tuvo que huir de unas tierras porque su hija se quedó embarazada del señorito, o la de un chico que huyó de casa porque su padre quería que hiciera la carrera militar.

"Yo no tenía papeles para trabajar allí. Así que usaba unos de unos italianos que ya no estaban", comenta mientras señala una viñeta donde se ve a un grupo de hombres haciendo una carretera. "En el albergue yo me quedaba solo muchas veces. En el sótano encontré una puerta cerrada llena de maletas de judíos", evoca.

Kim siempre ha trabajado con temas de nuestra historia, sobre todo desde el humor con su personaje Martínez El Facha, al que ha recuperado hace dos años "por todo el tema de Cataluña", "una cuestión de la que muchos catalanes estamos cansados". Ahora son muchos los que echan mano del lenguaje de las viñetas para abordar la memoria histórica. "El cómic es un lenguaje transversal y muy permeable. Yo soy un clásico, pero veo cosas maravillosas. Pienso que es lo que más se ha movido en los últimos años, más que la pintura", sostiene.

El potencial que tiene la novela gráfica lo descubrió con la historia de Altarriba, El arte de volar, que dibujó y le valió el Premio Nacional de Cómic en 2010. La habilidad narrativa adquirida la aplicó a esta historia de emigración "porque me gustan los personajes perdedores, olvidados, sin voz. Y la verdad es que no hay nada escrito sobre estos exiliados en los 60 a Alemania. Me animó a hacerlo definitivamente un alemán que conocí en el Festival de Angulema", explica. "Y Emilio, uno de esos migrantes españoles que estuvo conmigo en Alemania".

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