En ¿todas? las artes ha existido un dilema inmemorial entre seguir los cánones o experimentar. En ambos carriles hay ejemplos excelsos y patéticos. En literatura y cine una probatura recurrente es alterar la secuencia cronológica como un rompecabezas. Eso es lo que hace Jaime Rosales en esta película. Lo remarca titulando los capítulos y añadiendo una sinopsis, como muchas novelas pre siglo XX.
La pregunta que se hace el espectador, y presumo que se ha hecho el creador es ¿aportan un valor añadido esa deconstrucción y filigranas? ¿Son un puro capricho? ¿O incluso una cortina de humo para disimular las debilidades de la obra? El argumento de Petra va de un famoso escultor hecho a sí mismo (Botey), con inteligencia, ego y amoralidad tan exacerbados que anula o funde a todo el que se le acerca o permanece demasiado tiempo a su lado, como su mujer (Paredes), su hijo (Brendemül) o la arrimada protagonista del título (Lennie). El hombre es un personaje reconocible, real (verbigracia Picasso, Ai Wewei o un inmentable ciudadano Kane mallorquín) y Botey lo borda con naturalidad de actor primerizo. El resto del reparto también merecen nota alta, la belleza y naturalidad de Lennie, la sobriedad de Brendemühl o los silencios cortantes de Paredes. Recomponiendo mentalmente la obra por orden cronológico el guión tiene más de melodrama que de tragedia griega por exceso de misterios, sorpresas e improbabilidades. Los diálogos fluctúan entre vulgares, pretenciosos y atinados. En la realización Rosales restriega de nuevo su ego, su obsesión por la autoría, con muchos movimientos de cámara alejándose y acercándose a los personajes y la música sacra.
Petra
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Nacionalidad: España, 102 min.
Director: Jaime Rosales
Actores: Barbara Lennie, Alex Brendemühl, Joan Botey, Marisa Paredes
Cines: Augusta, CineCiutat
