P ¿Los chicos aún quieren diversión?
R Guillermo Porcel: Sí, pero ya tenemos una edad y entendemos la diversión de modo diferente a cuando teníamos veinte años. Aun tenemos ganas de hacer cosas y pasarlo bien.
P Reedición de Soñando en tres colores
R G. Porcel: No. Nos gustaba la psicodelia de los 70 pero nunca estuvimos por la labor de meternos LSD ni nada de eso para experimentar lo mismo que los grupos que nos gustaban. La influencia de esa escena fue musical, no de estilo de vida.
P ¿Qué convierte a este disco en el mejor de La Granja?
R G. Porcel: Su riqueza musical; una colección de muy buenas canciones, variadas, para muchos himnos fáciles de cantar; letras que te enganchan, con temáticas diferentes como pueden ser el choque cultural que representaba la vida moderna, la problemática del aborto, otros de inspiración más literaria como ¿Por quién doblan las campanas?...
R Miguel Gibert: Fue un disco que conectó de un modo más fuerte con la gente que ningún otro nuestro. Y fue por sus letras.
P ¿Intuyeron en algún momento que estaban creando un disco sin fecha de caducidad?
R G. Porcel: Ni nosotros ni nadie pudo advertir eso. Creo que ni los grupos más importantes de la historia de la música han sido capaces de ver algo así.
R M. Gibert: Posiblemente si lo hubiéramos publicado ahora su repercusión sería mínima.
P ¿Cómo ven a los jóvenes de hoy?
R M. Gibert: Los viejos siempre criticarán a los jóvenes, y el joven al viejo. A nosotros nos toca criticar a los jóvenes y no tengo ningún problema en hacerlo. A nivel musical no veo nada de interés en la escena actual, nada definitivo, nada que te atrape. Lo que encuentro vulgar son la mayoría de grupos cabeza de cartel en todos los festivales de España, caso de Izal, Vetusta Morla y toda esa camarilla de bandas, con su punto épico, marca de ese pop indie que odio con toda mi alma.
P Me temo que nunca veremos a La Granja en el Mallorca Live.
R G. Porcel: Hemos estado en festivales, como el Sonorama, que no hace distinción y programan tanto a Ilegales como a Los Planetas o Sidonie.
P ¿Cómo eran ustedes con 20 años de edad?
R G. Porcel y M. Gibert: Absolutamente imbéciles, lo que no quiere decir que sigamos siéndolo. En muchas entrevistas nos comportamos de modo arrogante.
P Soñando en tres colores vio la luz poco después de que ganaran el Concurs Pop Rock. ¿Tendría sentido un certamen como aquel en la Soñando en tres coloresPalma
R M. Gibert: El Concurs era entrañable, visto ahora. Eran tres semanas, en primavera, llenas de emoción... No sé si tendría sentido ahora, con YouTube. Porque antes no tenías oportunidad de ver a muchos grupos.
R G. Porcel: Antes las tribus urbanas tenían mucha más presencia... Hoy todo está más estandarizado. En los 80 había mucho más color y ganas de divertirse.
P ¿La música en directo ha perdido músculo?
R G. Porcel: Lo que funciona hoy son los eventos, no los conciertos.
R M. Gibert: Esto es producto de lo que se lleva ahora. Si la gente no va a los conciertos no es porque los grupos sean malos sino porque va de otra historia. La época de los conciertos en garitos ha pasado, a los conciertos hoy solo va la gente mayor de 40 años, una minoría. La música en directo está herida de muerte. El pop rock acabará perdiéndose.
P ¿Aplauden iniciativas como La hora musa
R M. Gibert: Sí, pero el perfil de ese programa es gente de 40 años.
R G. Porcel: No se puede comparar con La edad de oro. La hora musa es establishment comparado con aquel. Bunbury es la Rocío Jurado de la generación que tiene entre 35 y 50 años. Que se atrevan y traigan algo rompedor, si lo encuentran.
P ¿Qué se encontrará el público que acuda a Es Gremi el 26 de octubre?
R M. G. y G. P.: Será un concierto especial, centrado en los 30 años de Soñando en tres colores, con invitados sobre el escenario, como Monse Maldito, Ángel Cubero (L.A.), Mario Valls de Los Amebas...
