Seis son las piezas medievales afectadas por los problemas de climatización del Museu de Mallorca, unos problemas que si no se hubieran solucionado "de urgencia" agravarían el nivel de afectación de las obras de la Planta Noble del centro de la calle Portella. La directora general de Cultura, Joana Català, confesó que se trata de temas muy delicados pero sentenció que no hay ninguna pieza en peligro. "Debemos tener en cuenta los daños pero no son tan graves. Lo realmente urgente era solucionar el problema de la climatización para evitar que el deterioro de las piezas fuera a más una vez llegara el otoño y el invierno", aclaró.

La conselleria de Cultura recibió el pasado 13 de septiembre un informe interno sobre los problemas que había en la estabilidad de la temperatura que con anterioridad las técnicas del Museu de Mallorca habían hecho llegar al director ya dimitido, Bartomeu Salvà. "En un proceso habitual, la conselleria no debería ni enterarse pero las técnicas nos hicieron llegar el informe porque vieron que se estaba demorando la solución del problema", puntualizó. "Cuando lo leí, lo que consideré más urgente fue poner remedio a los problemas de climatización porque si no se solucionaba, llegaría el otoño y el invierno y las piezas sí podrían verse afectadas. El problema sería mayor". De hecho, las técnicas en las conclusiones de su informe señalaban cuatro acciones inminentes: revisar el sistema de climatización; reparar la maquinaria deteriorada; hacer un mantenimiento regular para que se mantenga estabilizada la climatización y que solo personal cualificado pudiera manipular este sistema, siempre previo contacto con el personal del museo. "Centré los esfuerzos en estas cuatro acciones.

El informe destacaba que "atendida la antigüedad y la delicadeza de las obras que se exhiben en la Planta Noble del Museu de Mallorca, en caso de no poner remedio urgente al problema de la climatización, el deterioro de las piezas irá agravándose". Nos advertían de que actuásemos y estoy tranquila de haberlo hecho con la máxima celeridad", justificó. Fue, cuenta, unos días después de dimitir Bartomeu Salvà cuando visitó el museo con un ingeniero y tuvo conocimiento del grado de afectación de las piezas. "Siempre sabe mal que haya una afectación a una pieza medieval, pero tengo mucha confianza en la conservadora y la restauradora del museo y sé que si las piezas peligraban las hubieran retirado". Y si uno le pregunta por quién debe asumir las responsabilidades, es clara: "La prioridad era solucionar los problemas de climatización para que el deterioro de las piezas no fuera a más y es lo que hemos hecho".

En el informe, las técnicas destacaron que en seis piezas medievales ya se observan fisuras, levantamiento y descamaciones recientes de la capa pictórica. De momento, serán las expertas las que digan cuándo será el momento oportuno para restaurarlas.