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Con ciencia

Locomoción

Locomoción

Por extraño que parezca, la forma de desplazarse es uno de los aspectos más importantes que determinaron la evolución de los vertebrados terrestres. Por poner un ejemplo cercano, la principal diferencia entre los simios y los humanos (bueno; los humanos somos también simios, aunque nos cueste reconocerlo), esa diferencia crucial, digo, es la de la locomoción. Los humanos somos bípedos frente a los orangutanes, que se desplazan colgando con los brazos de las ramas de los árboles, y los chimpancés y gorilas, que cuentan con una cuadrupedia peculiar: apoyan la planta del pie pero sólo los nudillos de las manos. Y la tendencia locomotora no es sólo un aspecto anatómico de mayor o menor trascendencia. El hecho de volvernos bípedos influyó en toda la evolución posterior del linaje humano hasta llegar al rasgo que nos parece más distintivo y esencial: el de nuestros grandes cerebros. No dejan de ser la consecuencia de una locomoción que nos liberó de la dependencia del bosque tropical y nos permitió recorrer grandes distancias en busca de alimento.

Los seres humanos no somos los únicos vertebrados bípedos, por supuesto (aunque sí los únicos primates con ese tipo de evolución). Aunque la mayoría de las aves vuelen, y cuenten para su adaptación con esa capacidad como mayor arma, son bípedas cuando no se mueven por los aires. Lo más probable es que heredasen semejante condición de sus ancestros, los dinosaurios. Y los niños, por lo general fascinados por los grandes saurios, saben muy bien que esos reptiles que reinaron en el planeta durante todo el Mesozoico -la Era Secundaria que transcurrió desde hace poco más de 250 millones de años hasta los cerca de 60 millones de años en que finalizó el Periodo Cretácico- eran bípedos. Casi todos ellos porque los más grandes, los saurópodos de alimentación herbívora, largos cuellos y cola gigantesca, se supone que andaban apoyando las cuatro patas en el suelo.

Se sabe si un dinosaurio era bípedo o cuadrúpedo examinando las articulaciones fosilizadas pero también se trata de una cuestión de tamaño: más allá de un cierto límite, la cuadrupedia es la locomoción más eficaz. Y apareció muy pronto, dado que la tendencia de los dinosaurios a aumentar el tamaño de sus cuerpos se produjo ya en el Jurásico. Blair W. McPhee, paleontólogo del departamento de Biología en la universidad de Sao Paulo (Brasil), y sus colaboradores han publicado en Current Biology la descripción de un dinosaurio gigantesco -ancestro de los saurópodos- hallado en Sudáfrica, el Ledumahadi mafube, que alcanzaba hasta 12 toneladas de peso. Era cuadrúpedo, pero ese tipo de locomoción se perdió después entre los saurópodos para recuperarse más tarde. El por qué de esos vaivenes adaptativos se desconoce. Pero, ya que estamos, tampoco sabemos la razón por la que los primeros humanos de hace siete millones de años se levantaron y echaron a caminar sobre sus pies.

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