Le ha pillado por sorpresa y con la gripe: "No me lo esperaba. Ha sido una locura. Estaba en casa, porque llevo dos días como enfermo, y ha empezado a sonar el teléfono. Cuando yo me he enterado ya lo sabía muchísima gente". El teléfono del artista, diseñador, modisto Miguel Adrover sigue sin parar de sonar. No es para menos: acaba de saber que le han distinguido con el Premio Nacional de Diseño de Moda 2018. De hecho, advierte que no sabe si podrá acabar esta entrevista porque espera la llamada del Ministro de Cultura, José Guirao. En todo caso, sigue: "Parece que se ha roto la sentencia que dice que nadie es profeta en su tierra", comenta, aun abrumado por la noticia.

Le tiembla la voz cuando explica que este premio le hace mucha ilusión sobre todo por su madre y padre: "Ellos vinieron a Nueva York cuando casi no habían salido de la isla. Vieron el esfuerzo y la energía que requería todo lo que hacía en aquellos tiempos, cuando trabajaba en la moda y el diseño", cuenta emocionado mientras dice que en su pueblo siente que parece que "nunca he hecho nada" porque "a nadie le interesa mi trabajo". Insiste en que no se esperaba el premio: "Siempre me han reconocido más el trabajo en Estados Unidos. Está bien ser reconocido a nivel nacional. Creo que este premio es una oportunidad para que la gente joven me descubra y vea que se puede trabajar en la moda desde otra perspectiva que no sea la tendencia", explica.

Adrover no abandona su discurso rompedor y crítico con la industria actual de la moda, el fast-fashion, el consumo salvaje. Esto es lo que caracteriza su carrera y esto es lo que se está reivindicando otorgándole a él este galardón: "Con este premio se está celebrando otra manera de trabajar en la moda. Hoy en día, por lo poco que cuesta la ropa, todas las clases sociales tienen acceso a ella. Pero la gente se olvida del poder de la ropa, del poder comunicativo, del potencial para crear conciencia ecológica y social. Parece que solo importa la tendencia, el maquillaje, lo último; cuando se debería poner el foco en el impacto en la Madre Tierra de la industria, en lo que contamina, en los residuos que genera. Esto no se refleja en las pasarelas y es lo que siempre he intentado hacer".

El jurado ha elegido a Adrover, apartado desde hace varios años de la primera línea del diseño, por "el profundo impacto que ha causado en el mundo de la moda, por el compromiso social y la capacidad reflexiva de su trabajo y por la vigencia atemporal de su discurso en el marco de la creación contemporánea".

También ha valorado el trabajo de un "artista iconoclasta ampliamente reconocido por la crítica internacional", y añade "su huella sigue presente en la vanguardia de la moda".

Adrover (Mallorca, 1965) revolucionó en los 90 el mundo de la moda por su manera de concebir las prendas, de forma que siempre podían tener un segundo uso, más allá del que proponían sus creadores.