La violinista mallorquina Isabel Morey llega a la isla con la Junge Camerata Academica Sant Llorenç para protagonizar una gira de cinco conciertos, unos recitales que arrancan hoy a las 20.30 horas en el Hotel Castell de Mar de Cala Millor. Mañana sus melodías inundarán la Església Vella de Son Servera mientras que el jueves actuarán en Sa Màgina. El viernes se trasladarán a la Esglèsia de Monti-Sion para protagonizar un concierto benéfico a las 19.30 horas. Sus violines solidarios sonarán a beneficio de Creu Roja Sóller en su recital del sábado en la Església del Port de Sóller a las 18 horas. El domingo actuarán en La Seu a las 12 horas. Morey dirige esta formación junto a su marido, Neil Fellows. Su enlace matrimonial inspiró el nombre de la orquesta que formaron en 1999 y que abraza a un centenar de niños de 3 a 19 años. “Nos casamos en la cripta de Sant Llorenç de Ciutat y Neil tuvo la idea de ponerle este nombre a la camerata”, explica la también formadora de profesoras del Método Suzuki.

- ¿Por qué es importante que los niños empiecen a tocar en orquesta?

- Lo fundamental es transmitir el aspecto social de la música, fomentar el respeto a los demás, tener autoestima, el respeto, ser sensible, saber dar un paso atrás para lograr un objetivo común… Todos estos valores se consiguen en grupo, no a nivel individual. Tocar el violín es un aspecto secundario, lo más importante es aprender estos valores que se fomentan a nivel grupal. Por ejemplo, si a un compañero no le sale bien, el resto debe esperar sin hablar. También deben aprender que para escuchar un concierto deben estar concentrados para apreciar los matices. Si uno aprende a hacer música, estará más atento a su entorno, sabrá escuchar bien y ello hará que sea más abierto.

- ¿Qué poder tiene la música para los pequeños músicos?

- ¡Tiene muchos! Está demostrado científicamente que tocar un instrumento de cuerda activa las conexiones del cerebro. Además, emocionalmente pueden aprender a transmitir sus emociones. En una orquesta se aprenden muchas pautas como a guardar silencio, la importancia de la practica diaria, aunque sean cinco minutos, porque si esta constancia la asimilan desde pequeños, aprenderán que si quieren lograr algo, deben ser constantes y este aprendizaje les acompañará toda la vida.

- ¿Y cómo engancharlos?

- Para enganchar a los niños, lo mejor son otros niños y tener experiencias con ellos. Por ejemplo, este viaje a Mallorca les hace más ilusión que las vacaciones de Navidad porque vienen con sus amigos. Vivir la música también es importante. Llevar a los niños a conciertos .La mejor forma de aprender es la pasión y la pasión se transmite con amigos, con vivencias y con la música.

- La Junge Camerata Academica Sant Llorenç abraza niños de 3 a 19 edades. ¿Cómo casa en una orquesta este abanico de edades?

- Los pequeños admiran a los mayores mientras que los grandes les ayudan al ver la ilusión que tienen los pequeños. Les intento hacer comprender que si un niño pequeño interpreta a la perfección una pieza muy sencilla, esta interpretación tiene mucho más valor. Neil Fellows ha hecho los arreglos del repertorio, que abarca desde piezas barrocas a obras contemporáneas. Neil las adapta al abanico de edades de los integrantes de la orquesta. Por ejemplo, de una pieza más compleja, los más pequeños tocan unas cuantas notas pero al mismo tiempo aprenden a escuchar esta pieza y luego, al ser mayores, amarán la música, asistirán a conciertos de música clásica. Por ello, mezclamos música barroca y contemporánea en el repertorio. La música es como la alimentación. Hay que comer un poco de todo. Creo mucho en el equilibrio. Y la música es la alimentación para el cuerpo y para el espíritu.

- Es formadora de profesores del Método Suzuki, ¿en qué consiste esta formación?

- Es un método basado en la lengua materna. Aprendes a tocar el violín así como aprender a hablar. Se aprende por imitación. La paciencia también es muy importante. También es importante el aspecto social. Los niños reciben clases individuales pero también es fundamental la parte grupal, no podemos hacer un mundo lleno de egoístas.