Un año más, y ya van 18, los pequeños violinistas de la Jungle Camerata Academica Sant Llorenç regresan a la isla para protagonizar una gira de cinco conciertos, unos recitales que arrancarán el martes, 2 de octubre, en el Hotel Castell de Mar de Cala Millor a las 20.30 horas. Un día después sus melodías inundarán la Església Vella de Son Servera mientras que el jueves día 4 actuarán en el auditorio de Sa Màgina. El viernes 5 llegarán a la Esglèsia de Monti-Sion para protagonizar un concierto benéfico a las 19.30 horas. Sus violines solidarios sonarán a beneficio de Creu Roja Sóller en su recital del sábado, 6 de octubre, en la Església del Port de Sóller a las 18 horas. El domingo actuarán en La Seu a las 12 horas.

La mallorquina Isabel Morey fundó junto a su marido Neil Fellows esta joven orquesta en 1999. Como se casaron en la cripta de Sant Llorenç de Ciutat, pusieron este nombre a la formación que abraza niños de 3 años a jóvenes de 18. En esta ocasión, llegan a la isla acompañados por la New Yorker Akademie, además de alumnos de la Suzuki Geigenschulen de Berlín, Hamburgo y Kassel. En total sesenta pequeños músicos interpretarán un conjunto de piezas de todos los estilos, desde música barroca a piezas modernas.

Isabel Morey adelanta que llegan con un estreno compuesto para la ocasión por F.M. Deimling. Se trata de la obra 3 Intermezzi per la Junge Camerata Academica. La directora de la formación especifica que se trata de una obra compuesta expresamente para la orquesta ya que es una pieza que incluye todos los nivels. En esta ocasión, algunos de los padres de los alumnos también subirán al escenario para interpretar junto a los pequeños violinistas la nueva obra. El repertorio también incluye piezas de Bach, Suzuki, Schumann, Piazolla, Händel, Ravel, Baylym, Boccherini o Saint-Säens.

El alto nivel de los niños y jóvenes músicos de la Junge Camerata Academica Sant Llorenç se debe a una consecuente y esmerada educación para lograr sus objetivos a través del método Suzuki. Los niños aprenden a la temprana edad desde los tres años a tocar un instrumento como se aprende una lengua, con alegría y regocijo. Isabel Morey adelanta, sin precisar detalles, que los pequeños espectadores que acudan a sus conciertos puedan participar en el recital.