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Crítica de cine

Perro come perro

El capitán

Nacionalidad: Alemania, 116 min.

Director: Robert Schwentke

Actores: Max Hubacher, Milan Peschel, Frederick Lau

Cines: Augusta, CineCiutat

Los estertores de conflictos bélicos o cambios bruscos de régimen son, sin apenas excepciones, caóticos y cruentos. El rojo y el blanco (M. Jâncso, 1967) sobre la revolución rusa o la magistral Cenizas y diamantes (A. Wajda, 1958) son ficticias, (aunque Wajda combatió activamente contra los nazis). El capitán en cambio enfoca a un soldado real alemán, Willi Herold, que pocas semanas antes del fin de la contienda suplantó a un capitán del ejército del aire y realizó varios notorios desmanes contra sus propios compatriotas.

Con un personaje tan atractivo dramáticamente como poco conocido el peligro, que el guionista y director Robert Schwentke no detecta, es caer en la exageración hasta flirtear con lo irreal. La fotografía, en blanco y negro sí es una buena elección. Remite a los desastres bélicos de Goya o el Bergman medievalista. La música, los escasos apoyos, son demasiado graves, redundantes. El guión refleja bien el caos mentado al principio pero cojea en una pata esencial, el protagonista. No intenta responder a la pregunta más básica: ¿la guerra le desquició o tenía ya un perfil psicopático a punto de asomar la patita? Wikipedia nos cuenta que aunque joven (19 años en 1945), había participado en combates exigentes como la batalla de Anzio o la reconquista de Monte Cassino. Tampoco comparto que el director haya omitido la parte final de su odisea. Herold fue pillado tras la guerra robando pan y le obligaron a reabrir las fosas comunes de sus víctimas antes de guillotinarlo. Total, que la película impacta, sin duda, aunque sin ofrecer un mensaje claro, salvo el de que ante un perro rabioso sólo queda santiguarse o huir despavorido.

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