Todo empezó en Nueva Orleans. Antes de casarse, los mallorquines Tata Beltran y Pep Toni Bassa hicieron un viaje largo por Estado Unidos, y fue en esa ciudad donde conocieron un artesano que trabajaba la madera. Entre otras cosas, hacía pajaritas, algo que les sorprendió y maravilló a la vez. "Conocimos a mucha gente durante este viaje, pero con él estuvimos hablando y nos preguntó por qué, siendo de Mallorca, no empezábamos a trabajar con madera", comenta Pep Toni, que se enamoró de esas pajaritas y, fort i no et moguis, quería llevar una el día de su boda. "Empezó a hacerla en su tiempo libre y disfrutó con todo el proceso", dice Tata. La idea no tenía que ir más allá de un detalle en el traje de él en su gran día. Además, ella es florista y él técnico de iluminación teatral "y muy manitas desde siempre". No iba a más. Sin embargo, una amiga suya, que organiza cada año una feria en Menorca, les invitó a ir con algunas pajaritas para intentar venderlas. "La primera vez le dijimos que no, incluso riéndonos un poco de la oferta. Luego, ya casados -corría el año 2015-, nos lo volvió a preguntar. Hicimos una pequeña producción y fuimos hacia allí. Nos encantó el ambiente y conocer diferentes artesanos, y vendimos bastante", recuerdan. Y con una anécdota y una amiga insistente, llegó Corb Marí para quedarse.

Sin duda, las pajaritas de madera son su producto estrella. Aunque puede parecer algo raro en un primer momento, se desvela luego como algo elegante, diferente y tozudamente especial. ¿Quién se atreve? "La gente que lo ve por primera vez lo considera muy original". Y no es para menos, pues no hay ninguna pajarita igual porque, además de poder personalizarlas, la madera es un material que consigue "que todos los productos sean diferentes". Lo único que es limitado y se repite son los modelos, que son cuatro. La pareja comenta que muchas personas las compran para llevar en una ocasión especial: "Me ha pasado que han venido con un traje para ver el color y encontrar así una tela que pudiera conjuntar. Hombres que vienen con un retal de los bajos del vestido de su pareja. Es muy divertido", comenta Tata, que es quien se encarga de acabar las pajaritas vistiéndolas con un tejido, "que muchas veces es reutilizado". En caso de que sea comprado, asegura que siempre es de algodón.

Qué tendrá la madera que los tiene tan enamorados como están el uno del otro. "Es un material súper agradecido", dice Tata. De olivo, de almendro, de tamariz... Cualquier madera que encuentran la aprovechan, algo que les ha llevado a no estancarse y a crear nuevos objetos: bases de lámparas, móviles para decorar o para los más pequeños, diademas, mesas... "Nos encanta hacer pajaritas, pero nos gusta probar contínuamente y hacer cosas nuevas". Y con la prueba y el error, con la experiencia, es como aprenden Tata y Pep Toni a crear objetos con madera, a la que dan una segunda oportunidad.

Aunque el tiempo no les sobra -la familia ha aumentó hace poco más de 12 meses- cada miércoles están en el mercado de Sineu. En su stand se respira mediterraneidad, y ellos demuestran que tienen ganas de llegar hasta donde les permita la madera.