A sus ochenta y cuatro años y con el título de Sir conseguido a través de un enorme currículum como director de grandes formaciones orquestales, Roger Norrington dirigió, el pasado jueves y sentado en una banqueta, una versión para recordar de esa obra magna del repertorio religioso como es la Missa en Do menor que Mozart estrenó hace ciento quince años en su ciudad natal, con su esposa Constanza Weber como soprano solista, un papel realmente difícil y, sin duda, el más comprometido de toda la partitura.

Con un lleno total y con las entradas agotadas desde hacía semanas, la Camerata Salzburg y el Bachcor de la misma ciudad acompañaron a un cuarteto vocal, entre el que hay que destacar, sin duda, a la soprano Elin Manahan Thomas, quien cantó con mucha musicalidad y potencia sus intervenciones como soprano solista. De hecho, la cantante desde un primer proyecto titulado Eternal Ligh en el que participó en el año 2007 no ha dejado de colaborar con orquestas y directores de todo el mundo, asumiendo roles mozartianos como la Condesa de Las Bodas de Fígaro, un papel que le ha dado reconocimiento internacional. Manahan Thomas y Norrington ya se conocían pues han trabajado juntos en otros escenarios.

Para obtener un curioso efecto sonoro, el director situó en algunos momentos a la soprano al lado de la sección de viento madera, para así resaltar los diálogos entre la voz y la flauta.

La partitura de esa gran Misa mozartiana ha llegado incompleta, faltan algunos compases en el Credo y la totalidad del Agnus Dei, que suelen suplirse con versiones que especialistas han construido a partir del conocimiento de la obra de Mozart, siendo el maestro Norrington uno de ellos. De hecho y por reconocimiento a la música de Mozart, Roger Norrington paró la audición después del Benedictus y justo antes del Agnus Dei, para indicar que hasta allí llegaba la parte original.