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Entrevista

Maika Makovski: "El mercado anglosajón ve España como un lugar de vacaciones y no de músicos"

"Viví la destrucción de la última duna en la Playa de Palma para hacer un mini golf"

Makovski habló de la música y del mundo en Cala Murada.

Después de haber encontrado sus raíces en Macedonia, ¿qué lugar ocupa Mallorca en su vida?

Mallorca es mi casa, mi hogar natural. Macedonia es el lugar de representación de mi padre; Mallorca, el de toda mi infancia.

En Chinook Wind escarbó en la música popular macedonia, ¿cuándo hará lo mismo con la música popular de Mallorca?

Me interesan mucho las músicas populares. Recientemente he escarbado en la música macedonia. Era un vocabulario que no dominaba. Hice un proyecto llamado Carmenka en honor a mis dos abuelas: a Carmen, que es sevillana, y a Menka, la macedonia. Participaron músicos de las dos procedencias y el repertorio era andaluz y macedonio. Intenté aunar esas dos músicas en una sola. Para hacer folclore puro tendría que haberme criado en alguno de los dos lados y haberlo mamado de verdad. Lo único a lo que yo puedo aspirar es a hacer música bastarda. Eso me da mucha libertad para robar. Hay muchas sonoridades de la música popular mallorquina que me interesan, como los instrumentos de cuerda. Todavía no me he puesto con ello. Quizá en el futuro.

Macedonia debe ser un lugar casi intacto paisajísticamente. ¿Añora la Mallorca de su infancia?

Tengo una relación muy rara con el turismo: me gusta hacerlo hasta cierto punto, aunque cada vez menos. Ahora creo más en la filosofía de Monet, que vivía el mundo a través de su patio y de su estanque. Sí creo que el turismo debería estar muy controlado desde arriba. Yo me pondría a dinamitar hoteles y construcciones en la costa pero ahora mismo. Me parece una barbaridad lo que han hecho y lo que permiten hacer. De hecho, hablando de mi infancia, yo viví la destrucción de la última duna en la Playa de Palma para hacer un mini golf. Esto fue en los 90. Y alguien estaba ahí cobrando y llevándose su parte. Macedonia es un lugar al que todavía el turismo no ha llegado. Hay zonas en las que sí lo hay, pero no deja de ser un turismo local: gente de la capital que va al lago a nadar. Ellos quieren ser de la UE y yo quiero que no lo sean. Me da miedo que se pierda el carácter, esa pureza del paisaje y de la tierra. Y también la hospitalidad. Cuando te bombardean con turismo, cada vez haces más callo al extranjero y por desgracia te vuelves más cerrado.

No suele actuar demasiado en festivales. ¿Por qué?

No he estado haciéndolo con este último disco. Necesitaba un respiro de ese tipo de mundo. Los festivales son trabajo por un lado, es pan para las bocas de mis compañeros y la mía, pero por otro lado es una pena que ésa sea la manera masiva en que se consume música porque los festivales no van de música, por lo general. La gente está allí como una alternativa a la discoteca. Y esa no es la manera en que yo creo en la música. Yo hago música con mucho cariño y atención, y me gusta presentarla en lugares donde al menos el contexto es propicio para que se reciba de esa manera. Ahora me vuelve a apetecer subirme a un escenario de rock. Yo creo que si la compañía a tu lado es buena y tienes una banda y haces un tipo de música que no desentona en ese contexto pues está bien. Pero, si intentas hacer sutilidades, no es el lugar.

Cada ciudad quiere su festival.

Sí, es curioso. Cada vez hay más festivales y no paran de cerrarse salas: el Beat, en Segovia, o el Four Seasons, en Castellón. Son sitios a los que he ido a tocar. Cuando empiezas, son tus alternativas para aprender el oficio.

¿Qué fotografía del panorama musical se hará en La hora musa ?

La más amplia posible. El programa es deliberadamente ecléctico. Esto va con mi idea de entender la música, porque yo creo en la calidad y no en los estilos. Tratamos de traer a la estrella consagrada, a emergentes y hasta a gente de nuevas tendencias, como el trap.

¿Está preparada la audiencia?

Lo vamos a ver, no lo sé. Por suerte creo que La 2 entiende que con una temporada igual no hay tiempo para cuajar y no creo que sea cuestión de la audiencia que haya una segunda. Es necesario que exista este programa porque mi generación no ha tenido ninguna visibilidad en los medios y hay gente brutal con una carrera riquísima a las espaldas y que se corta al llegar a un punto porque no tiene acceso a gente que igual no está yendo a salas o a festivales.

España tenía muchos programas de música a finales de los 70 y los 80. ¿Ve algún paralelismo entre aquella época y ahora?

La música siempre ha interesado lo que ha pasado es que ha habido diez años en que se ha corrido la voz de que la música no interesa. Es un rumor extraño, como una leyenda negra que no es cierta. La gente escucha música de otra manera, pero sigue interesando muchísimo.

Los músicos españoles tocan techo cuando se trata de hacer carrera fuera.

Es muy complicado. Está Latinoamérica sobre todo. Los ingleses tienen la concepción de que España es un lugar de vacaciones y no de músicos. Así es muy difícil llegar. Las Hinds están tocando bastante fuera y eso que su pronunciación del inglés no es buena. Las hijas de New Raemon también está ahí. Ahora veremos.

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