Raphael solo tuvo que pisar el escenario y sonreír para que las 1.100 personas que habían asistido a su concierto le recibieran de pie y con un gran aplauso. Con diez minutos de retraso, el cantante inició el espectáculo presentando su nuevo álbum en un show totalmente renovado, con un gran espectáculo de luces, mucha guitarra y toques de rock que poco recuerdan al Raphael melódico al que nos tiene acostumbrados.

Infinitos Bailes, tema que da nombre a su último disco, fue lo primero que escuchó el público, como si de una declaración de intenciones se tratara. Y así fue, porque las últimas filas empezaron a vaciarse y los asistentes se repartieron por los laterales más cercanos al escenario para bailar y cantar junto a él.

Le siguieron Aunque a veces duela y tras una nueva ronda de aplausos llegó Igual (Loco por cantar), canción que da nombre a la gira que le ha traído a Port Adriano. Después el cantante se tomó un respiro para saludar al público.

"Estas tres canciones son nuevas" dijo Raphael sonriente, "pero yo sé a lo que habéis venido". Y sin añadir nada más empezó la cuarta canción, Mi gran noche, de la que no llegó a cantar ni una vez el estribillo, coreado por el público de nuevo en pie. A partir de ahí el cantante hizo un repaso a sus grandes temas y mantuvo a sus fans entregados y acompañándole en todo momento con Escándalo, Yo soy aquel y Como yo te amo.

Para todos los públicos

Raphael tiene en su haber 326 discos de Oro, 49 de Platino, y el único de Uranio entregado a un cantante de habla hispana en el mundo, por ventas superiores a los 50 millones de copias. Ha grabado más de 50 discos de larga duración en español, así como otros en italiano, francés, alemán, inglés y japonés.

Tras 55 años en los escenarios, anoche reconoció estar "loco por seguir cantando" durante muchos más. En todo este tiempo su legión de fans no ha hecho más que aumentar. Aunque en el concierto de este jueves no faltaban sus fieles seguidores, de los que le han visto crecer en los escenarios, buena parte del público estaba formada también por gente joven, que bailó y cantó todas sus canciones con el mismo entusiasmo.