La nave de recreo Manuela, fabricada en 1934 y primera embarcación en formar parte del Club Naútico de Palma; una patera de buzos cubierta de 1966, única en su género; la lancha David de 1950, un bote con proa de violín característico de Felanitx? Son algunas de las embarcaciones que forman parte de la historia marítima de Mallorca y que se almacenan en las cuevas del Castell de Bellver a la espera de ser restauradas, compartiendo polvo, humedad y espacio con estanterías viejas, armarios con moho y cintas VHS entre otros muebles y objetos sin valor. Su restauración y traslado a una de las sedes del futuro Museo Marítimo de Mallorca es "inminente", según el Consell.

Tras una visita guiada para ver de primera mano estas embarcaciones, el presidente de la institución, Miquel Ensenyat, lamenta el nivel "brutal de destrucción de patrimonio histórico" que hemos sufrido a lo largo de los años y la cantidad de información oral sobre el pasado marítimo de la isla que se sigue perdiendo sin que nadie lo documente.

En las cuevas del castillo hay 17 embarcaciones, la más actual el llaüt de pesca Chubasco, de 1984. El gerente del Museo Marítimo, Albert Forés, explicó ayer tras una visita que el siguiente paso es analizar el estado de estos barcos y comprobar cuáles son recuperables y cuáles no. Los que estén en buen estado serán restaurados por los mestres d'aixa, un oficio tradicional y de artesanía que se ha ido perdiendo a causa de la industrialización y que la institución insular ha recuperado con la Escuela de Maestros d'Aixa del Consell. En este sentido, Ensenyat destaca que era "contradictorio darles una formación sin una salida laboral" así que ahora "serán ellos quienes se encarguen de la recuperación de nuestro patrimonio" con la restauración de las embarcaciones que formarán parte del nuevo museo.

Las naves que no se puedan recuperar tendrán una réplica en el museo. Es el caso del JPV, un barco de buzos único y el de mayor valor histórico pero que según el presidente de la Asociación de Amigos del Museo Marítimo está "en muy mal estado" y será imposible de restaurar, "aunque su maquinaria sí se ha conservado bien".

Manuel Gómez valora la buena voluntad del Consell para llevar adelante el nuevo museo y espera que "no se bloquee el proyecto" tras las elecciones del año que viene, en caso de que haya un nuevo equipo de gobierno. "Empezamos a recoger naves en 2003, tras un cambio en la Ley de Pesca", recordó Gómez, "pero el museo llevamos pidiéndolo ya 40 años", subraya.

Desde el Consell han insistido en que se debe "empezar a navegar" y para ello se prevén diferentes iniciativas como adelanto al nuevo museo. Uno de los proyectos que ya están en marcha es una primera exposición en el Parc de la Mar, dende se podrán ver barcos ya restaurados "en remojo" y otras embarcaciones históricas en tierra. Ensenyat adelanta también que el Consell prepara para finales de año unas Jornadas de Estudios Marítimos: "Se trata de tener una estructura que permita compartir" todos los estudios que existen y que "son muchos, pero muy dispersos" para que no se pierdan.

La sede central del Museo Marítimo estará en el solar de Astilleros de Mallorca y contará con instalaciones "satélites" en Sóller, Alcúdia o Palma. Además, en el antiguo puerto de Ciutat se podrán amarrar de forma gratuita aquellas embarcaciones con valor histórico, formando un itinerario que unirá el futuro museo con el Parc de la Mar.