Las coordenadas de esta película son muy similares a la anterior del mismo director, En la playa sola de noche, estrenada el año pasado. Cine de arte y ensayo, muy estático, muy minimal (incluso en la duración), casi casi un haiku filmado. Aromas inconfundibles de Rohmer, Godard, Kaurismaki o el Woody Allen más espeso. El argumento de la anterior iba de la crisis existencial de una joven y atractiva actriz surcoreana. En esta película repiten un par de actores. Jin-young-Hun vuelve a representar a un exitoso director de cine. Min-Hee Kim esta vez no autorepresenta a una actriz sino que es una asalariada de la productora del hombre, dirigida por su esposa. Los tres están en Cannes (muy rebajado a conciencia de glamour, casi un Cala Millor), a punto de estrenar una película. Una supuesta infidelidad provoca el despido de la joven. Una mujer francesa (Huppert) se inmiscuye en la vida de los tres como despistada turista que les hace fotos Polaroid y sonsaca sus virtudes y miserias.
Dentro de la parsimonia e inacción del filme y aparente levedad de los personajes logran asomar la cabeza dos temas interesantes. a) ¿Se nace honesto? ¿Es inalterable o modificable esa cualidad a lo largo de una vida? La segunda respuesta es la que muchos afirmarían. Pero ¿y si la primera es la más cierta? b) La superstición de que la fotografía transforma de algún modo al retratado. Vieja leyenda que sirve como excusa a Huppert para ejercer de confesora y super yo. Lo dicho, filme muy de arte y ensayo, pero con un punto no desdeñable de profundidad.
La camara de Claire
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Nacionalidad: Corea del sur, 69 min.
Director: Sang-Soo Hong
Actores: Min-Hee Kim, Isabelle Huppert, Jin-young-Jun
Cines: CineCiutat
