El Festival Chopin de Valldemossa cumple esta edición 35 años abrazando el arte contemporáneo. De Horacio Sapere a Jean Marie del Moral, pasando por Miquel Barceló, Joan Miró, Jim Bird o Toni Catany, son muchos y de renombre los creadores que se han inspirado en la música de Chopin o en los paisajes de Valldemossa para crear una simbiosis entre materia pictórica y musical. Las exposiciones de este encuentro musical creado por el compositor Joan Maria Thomàs en 1930 no hacen sino "reforzar el mensaje revolucionario de Chopin", subraya la presidenta de esta cita, Rosa Capllonch. El festival, que este año contempla cuatro conciertos, que podrán disfrutarse entre el 5 y el 26 de agosto, rendirá homenaje a Josep Guinovart (1927-2007) -el artista que más individuales ha presentado en la Sala Capitular de la Cartoixa-, con motivo del décimo aniversario de su muerte y del Any Guinovart.

"Las artes siempre están en compartimentos estancos. Cada uno, ya sea músico o artista, se mueve en su mundo. Nuestra intención es interconectar la música con el arte", apunta Capllonch. Algo que los responsables del festival chopiniano hacen desde 1983, cuando el certamen se abrió a los artistas plásticos contemporáneos. Importantes pintores, fotógrafos, escultores y ceramistas han expuesto desde entonces su obra en la Cartoixa, y a su vez han diseñado los carteles, programas de mano y camisetas del festival.

Uno de los primeros fue precisamente Josep Guinovart -en concreto, el segundo, tras el estreno de Horacio Sapere-. "Guinovart fue un gran amigo y un gran fan del festival, para el que siempre colaboró. Desde los inicios del resurgimiento del Festival Chopin, en 1981, estuvo a nuestro lado literalmente y en todos los sentidos", recuerda Capllonch. Las pinturas y esculturas del artista barcelonés, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982, se exhibieron en Valldemossa en 1985, 1993 y 1997. Este año volverán a la Cartoixa, con una muestra en la que podrán contemplarse la serie de ilustraciones que Guinovart realizó para las óperas del Liceu o sus cuadros construidos sobre los facsímiles de los Preludios op. 28 de Chopin.

Un hito en la historia del Festival llegó con la exposición dedicada a Miró en 1990, en la que se exhibieron sus grabados de la serie Mallorca. En el cartel de aquel año figuraba L'àngel de la música, dibujo que el pintor había realizado en el libro de firmas del museo en 1964. "Miró mantuvo una relación de amistad íntima con mi abuelo, Bartomeu Ferrà, y su hermano, Miquel Ferrà. Pululaban por Vilanova, con un grupo de amigos en el que también estaba el pintor Rafols-Casamada", otro de los artistas que dejó huella en Valldemossa. "Yo vi cómo Miró dibujó L'àngel de la música, lo hizo sobre el piano, con un carboncillo", recuerda Capllonch.

Miquel Barceló es otro artista que, como dice Miquel Estelrich -pianista colaborador del festival- "resulta fácil encontrarlo por los conciertos de Valldemossa". El genio de Felanitx nunca ha protagonizado una individual en la Cartoixa pero suya es la obra que se utiliza como fondo del escenario en los recitales del festival. Una obra que creó para la portada de uno de los discos del pianista francés Alain Planès y para la que, según Capllonch, se inspiró en el famoso retrato de Frédéric Chopin hecho por George Sand.

La lista de ilustres artistas que han marcado con sus creaciones la historia del festival chopiniano también incluye a Toni Catany, Frederic Amat, Nils Burwitz, Pep Canyelles, Josep Coll Bardolet, James Lambourne, Bryan McKormack o Margalida Sancho, con su Jardí d'ocells, una exposición que, en su inauguración, fue visitada, entre otros, por público de renombre como el citado Barceló, el cineasta Agustí Villaronga o la escritora y académica Carme Riera.