Dos Premios Nacionales de Música, María José Montiel (lo obtuvo en 2015) y Antoni Parera Fons (en 2016), ultiman en Palma los detalles de un estreno mundial, la versión orquestal de Siete Nanas, sobre textos de Alberti. Una obra del músico manacorí que podrá escucharse este jueves en el Castell de Bellver, con la Simfònica de Balears en acción (21.30 horas) y con piezas de Ravel, Saint-Saëns y Chapí, entre otros, en un atractivo programa.
Parera Fons, al piano, y Montiel, al canto -"la voz del alma", en palabras de la madrileña-, reciben a este diario en los antiguos estudios Maller. Las sonrisas y las bromas se suceden al término del ensayo, no antes. "Antoni es muy muy detallista, cuando trabaja es muy meticuloso para que todo quede perfecto", desvela la mezzosoprano. Tras un breve recorrido en coche, durante el cual Montiel se protege del siempre incómodo aire acondicionado para los cantantes con una mascarilla, los dos artistas atienden a este medio en un hotel con vistas a la bahía de Palma, minutos antes de entregarse al almuerzo, al que también se sumará el gerente de la Simfònica, Pere Bonet.
Montiel llega a Mallorca en un gran momento, quizá el mejor de su carrera, iniciada hace ya 30 años. "El balance de este año es muy positivo", afirma antes de enumerar algunos de los episodios más "extraordinarios" de la temporada: las Five Neruda Songs, de Peter Lieberson, con textos del poeta chileno, en Lisboa; el Requiem de Verdi; Il Tramonto de Respighi junto a la Orquesta y Coro de RTVE; varias sinfonías de Mahler... "Me siento en mi madurez vocal, con dominio técnico. Llevo un par de años fabulosos. Piso el escenario con una gran seguridad en el sentido interpretativo", añade la cantante, siempre vigilante a la hora de elegir. "El secreto de que una voz esté sana es no aceptar papeles que pongan en riesgo tu instrumento", advierte.
Parera Fons asiente con la cabeza. "El secreto del éxito muchas veces es decir que no", y agrega: "Montiel lleva mucho tiempo cantando muy bien pero ahora está realmente pletórica, lleva una buena racha, vocalmente está muy bien, tiene el caudal que da la experiencia y eso propicia siempre un resultado muy atractivo. En los estrenos ves que se instala rápidamente en lo nuevo. Manda en plaza, trabaja bien y es muy artista", subraya.
Parera Fons no es de halagos gratuitos, a pesar de una amistad, la que mantiene con Montiel, que se remonta a 25 años atrás. Una relación que no ha dejado de crecer desde una cena "fantástica" en la que coincidieron, en casa del cantautor Amancio Prada, con la fallecida Carmen Martín Gaite entre los comensales, y que acabó con "todos cantando, con Antoni al piano, boleros y cuplés".
"Tenemos una sensibilidad muy parecida a la hora de emocionarnos con las mismas cosas, hay una química muy grande entre nosotros, y siempre ha habido ganas de hacer proyectos juntos [durante la charla el compositor avanza que Montiel está muy presente en su ópera Arxiduc, en fase de creación]. Algunos se han convertido en una realidad que nos une más y más", apunta el compositor.
Precisamente el primer proyecto en común al que se entregaron ambos fueron las Siete Nanas con textos de Alberti y música de Parera Fons que con Miquel Estelrich al piano la cantante grabó en su día. "Soy una gran admiradora de Parera Fons. He interpretado mucha música suya, he hecho muchos estrenos suyos, como la maravillosa ópera María Moliner o sus canciones alemanas, Destinatario desconocido (Empfänger unbekannt). Siempre que me llama acudo rauda porque su música me llega al corazón. Disfruto mucho con el alma de su música". Lógico que en cuanto le propusieron la idea del concierto de Bellver, no pudiera resistirse. Más aún cuando eso significa cantar en Mallorca, a la que considera "el paraíso", y al que acude "desde hace 17 años".
En referencia al estreno de Siete Nanas, Parera Fons defiende que ha logrado "traducir exactamente el mismo lenguaje que el piano solo a la dimensión orquestal, de manera que cada nana, que a veces son pequeñas y cortas, tiene la misma química, la misma esencia. Quiero que el lenguaje no te haga desear el piano sino que parezca que es lo mismo, y muy importante -subraya- que Montiel se sienta cómoda cantándolas, diciéndolas, porque son pequeños universos y cada nana son cuatro versos".
Bellver es otro de los atractivos del concierto del jueves, y no es un tópico. "Siempre que canto allí es algo mágico, especialmente de noche", comenta la mezzo. "A veces el marco va en detrimento del resultado de la acústica, pero no es el caso", asegura el compositor.
La voz de Montiel también podrá escucharse el sábado, en las Bodegas Macià Batle, de nuevo con la Simfònica, en un recital más festivo.
