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Orquestas de jóvenes talentos

La finalidad de estos proyectos es que los músicos noveles aprendan y respeten el oficio

Orquestas de jóvenes talentos

Aprender a tocar un instrumento implica un estudio muy individual. Si a este hecho, se le suma el hándicap de que el aprendiz tiene diez años, es más complicado que se enganche. Para atrapar a estos potenciales talentos musicales han nacido varias iniciativas orquestales que buscan que estos estudiantes puedan compartir sus inquietudes musicales a la vez que se inculcan valores como el compañerismo, la importancia de trabajar en equipo, el espíritu de superación o la cultura del esfuerzo. De hecho, esta semana el Conservatori de Felanitx ha celebrado el I Encontre Orquestral Juvenil.

Joan Barceló lleva la batuta de la Jove Orquestra de les Illes Balears, que el sábado protagonizó una gala lírica en las Coves dels Hams. La JOIB es una iniciativa que nació hace cuatro años con una "voluntad puramente pedagógica". "Lo necesario para hacer una orquesta es tocar. Lamentablemente la experiencia no es una asignatura, la experiencia se coge tocando. Nuestra misión es hacer pedagogía orquestal. La finalidad es que estos jóvenes de 14 a 25 años respeten la música", desgrana Barceló que explica que músicos de la Sinfónica se sumaron al proyecto conscientes de que había esta carencia. "Nuestro principal consejo es que se tomen muy en serio esta profesión. Nosotros no formamos profesionales, nosotros queremos formar gente que ame la música. Les queremos inculcar que la música es pura emoción", añade Barceló que recuerda que otro de sus propósitos es preparar a estos jóvenes sobre cómo será la vida de un músico de orquesta, que no tiene nada que ver con un solista. "Uno puede ser un excelente solista pero un mal músico de orquesta porque no sabe escuchar al compañero. Les queremos dejar claro que un segundo papel es tan importante o incluso más complicado que el de un solista porque tiene el añadido de que debe adaptarse al resto de músicos", esgrime la batuta de la JOIB que recalca que "el día importante es el lunes, el día del ensayo, no el del concierto".

El maestro José María Moreno es uno de los directores de la Jove Orquestra Rotària de Mallorca, una iniciativa de los clubes rotarios que se estrenó en abril y aglutina a músicos de entre 10 y 20 años de las distintas escuelas de música y conservatorios de la isla. "En Mallorca era un desierto porque en los primeros años de su formación los niños no tenían la posibilidad de hacer música en orquesta sinfónica. Formar parte de una orquesta es extraordinariamente positivo porque los estudios musicales tienden a lo individual. Así conviertes en una actividad colectiva el hecho de hacer música. Es muy bonito y muy formativo, además ayuda a fomentar valores como la solidaridad, el compañerismo, el esfuerzo o el compromiso, que son sumamente positivos para los estudiantes de música, que deben invertir muchas horas a nivel individual", reseña Moreno que comparte la dirección con Bernat Quetglas.

"Los niños vienen a aprender a tocar en una orquesta. La finalidad no es hacer conciertos, es que prendan el oficio de músico de orquesta", especifica Quetglas, que hace hincapié en que como los estudios tienden a lo individual, formar parte de la Jove Orquestra Rotària de Mallorca es una manera de que compartan la pasión por la música y de crear una gran familia musical. "Aprender a tocar un instrumento es un estudio individual y es difícil que a los 10 años, un niño se implique tocando solo en casa. En cambio, si puede compartir sus inquietudes, hacer amigos y entender el sentido de tocar en conjunto facilita que se enganche", argumenta Quetglas que tiene claro que "los pueblos con buenas escuelas de música son aquellos que cuentan con una gran banda porque los niños pequeños ya tocan con ellos, disfrutan y esto ayuda a que continúen sus estudios musicales", especifica.

Fernando Marina es profesor del Conservatori Superior de Música de les Illes Balears y dirige la Orquestra del Conservatori Profesional. Como docente tiene claro que desde el Conservatori están creando la tradición de bandas y orquestas a base de ir formando muchos alumnos. A sus alumnos, hay que añadir los de las escuelas de música. "Antes no tenían nada", por ello, "la sociedad ha ido resolviendo esta demanda orquestal", explica Marina sobre la creación de jóvenes orquestas. "Lo extraño es que no haya una joven orquestra sinfónica patrocinada por el Govern", lamenta Marina que tiene claro que esta gran demanda se debe a que "la música desarrolla una gran sensibilidad" pero a nivel orquestal se pueden trabajar aspectos sociales muy importantes como, por ejemplo, inculcar la cultura del esfuerzo, el respeto y dejarles claro que la tarea individual, por pequeña que sea, influye en todo el trabajo grupal. "Y todos estos valores se aprenden en un entorno de diversión haciendo música", añade Marina que considera que este tipo de iniciativas se deberían impulsar desde las instituciones. "La demanda existe, pero como la administración no llega a todo, es la propia sociedad la que responde".

"Estudiar un instrumento es muy solitario, las orquestas son una manera de compartir inquietudes. Puede que no se dediquen a la música pero seguro que esta experiencia les ayudará a amar la música y tendrán unos hábitos sociales muy importantes", insiste.

Francesc Amengual lleva la batuta de la Orquestra de la UIB, una propuesta que nació de los propios estudiantes porque era una manera de continuar con la práctica musical porque no todos continúan sus estudios de música. "En Mallorca hay poca oferta y poder tener esta oportunidad a nivel pedagógico es clave para poner en práctica el bagaje musical", señala Amengual que añade que la orquesta es un punto de unión de la familia universitaria.

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