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Crítica de arte

Antagónicamente compatibles

La Galería Pelaires logra armonizar la obra de los artistas. a.f.h.

Prácticamente nada en común. Eso es lo que comparten Christian Jankowski (Göttingen, 1968) y Jorinde Voigt (Frankfurt del Main, 1977), dos artistas que exponen en la Galería Pelaires un proyecto conjunto titulado Wahlverwandschaften (Afinidades electivas- para que nos entendamos-). Y es que salvo su país de origen y el hecho de ser creadores contemporáneos de trayectoria internacional, los trabajos de uno y de otra poco tienen que ver. Jankowski es un artista irónico, ingenioso, con obras en vídeo, fotografía e instalación que rozan en ocasiones lo extravagante, lo absurdo y lo irreverente hasta llegar incluso a lo surrealista con espacio para la crítica social. Vogit, en cambio, es una artista contenida, meticulosa, estricta, extremadamente precisa y reflexiva, que se rige por las reglas de la aritmética, los algoritmos, la notación musical y la filosofía para proponer una serie de obras que hacen del dibujo y de las palabras los elementos vehiculares de su peculiar y sentida producción.

Los trabajos de Jankowski, de entre los que destaca lo insólito de Heavy Weight History (2013), lo humorístico de Artistic Gymnastics (2014) y lo poético de Walking logic (2017), se muestran para ser saboreados con predisposición a la sonrisa. Las obras de Voigt, por su parte, merecen una observación atenta y reposada en la búsqueda de conexiones y detalles conceptuales que permitan descifrar su significado.

Y a pesar de estos planteamientos tangencialmente diferentes, la Galería Pelaires logra armonizar, al menos formalmente, la obra de los dos artistas bajo un mismo espacio expositivo. La muestra, que se puede visitar hasta finales de verano, toma forma de retrospectiva a partir de la selección de cerca de 40 obras que recorren 10 años de producción artística, sobre todo, la de Jankowski.

Así, los trabajos de Jankowski y Voigt se mezclan y se tocan y se erigen como una nueva instalación efímera con fecha de caducidad preestablecida. El mérito de todo esto radica en el acierto en la selección de las piezas y el pensado montaje expositivo que, aunque no deja del todo claro de qué manera se relacionan conceptualmente los dos artistas, al menos sí propone una muestra atractiva que funciona a nivel estético.

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