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A tiro de verano

La comedia es el arte más contemporáneo

A día de hoy se impone que el artista haya de implicarse en las relaciones sociales más que el propio galerista si quiere conquistar al coleccionista. Vivimos en el marketing del yo. Bartomeu Sastre reflexiona sobre cuestiones como ésta en la Fran Reus de Palma.

La comedia es el arte más contemporáneo

Bartomeu Sastre roza la timidez patológica y siente incomodidad por pertenecer a un sistema artístico que considera absurdo pero lo suficientemente interesante en el plano sociológico como para dedicarle una exposición-performance, visitable en la galería Fran Reus de Palma.

En las inauguraciones artísticas, a este joven artista le cuesta poner en práctica el networking, o eso que se conoce como red de contactos. Una práctica que en mayor o menor medida siempre ha existido en el mundo del arte, pero que ahora se aplica con el peor descaro de las costumbres socialmente aceptadas y que no admiten crítica ninguna. El problema es que en tiempos pasados, ese trabajo de entablar una forzada conversación con el fin de conseguir una transacción económica la hacía casi en excluvidad el galerista. A día de hoy se impone que el artista haya de implicarse en las relaciones sociales más que su propio marchante si quiere llevarse el gato al agua. Vivimos en el marketing del yo. Puedes ser el artista más precario de la tierra, no haber vendido más que un par de dibujos por cien euros, tener 200 seguidores en las redes, haber disfrutado de becas o residencias artísticas para engordar currículum, estar esperando el cobro de subvenciones públicas de movilidad o producción desde hace meses, pero sin embargo contar con una envidiable gama de camisetas de merchandising o postalitas cucas sobre tu último proyecto, por el que únicamente se interesaron aquellos artistas a cuyas inauguraciones también acudiste tú con el único fin de que ellos después se presenciaran en la tuya para hacer bulto y justificar una afluencia más que decedente que directamente se va a una story de Instagram.

La manera más terapéutica y sincera que ha encontrado Sastre de tratar estos desencajes y realidades míseras del arte contemporáneo es el humor. La risa es una de las máscaras de la timidez. Su proyecto es sencillo y directo, y echa mano del texto y del subtexto, como en ocasiones anteriores. Las tarjetas que conforman la exposición recogen pensamientos, frases, sentencias: "Autodefinirse como profesional es amateur"; "hay artistas comiendo bio y trabajando con epoxy"; "mi trabajo trata sobre la Bauhaus y su relación con Leroy Merlin"; "Decathlon es la nueva tienda de Bellas Artes"; "artistas haciendo morritos en las inauguraciones"... El proyecto quedó bien cerrado con el monólogo del viernes. Comedia pura y autorreferencial: no existe un arte más contemporáneo que éste.

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