A la conselleria de Cultura le van a salir caros los eslóganes que está publicando en las redes sociales sobre el Pla de Cultura si no puede cumplirlos y sobre todo si no predica escrupulosamente con el ejemplo. Todos hemos puesto el listón alto, la propia Fanny Tur también lo ha hecho en entrevistas y declaraciones públicas, pero parece que las grietas que intuíamos de hacía algunos meses se están haciendo más y más grandes en este proyecto que, recordemos, empezó con el portazo de su primera coordinadora, Begoña Méndez.
Resulta que Pau Andreu Sitjar, miembro activo de Metamòrfiques, art i educació, ha denunciado también en las redes que su trabajo como conductora y moderadora de una mesa redonda de las jornadas del Pla no ha sido todavía remunerado. Suponemos que no es el único caso. Y ya han pasado más de tres meses. Sin duda, resulta chocante y cínico que todas esas mesas que trataban, entre otras cosas, sobre la necesidad de que las administraciones aplicaran las buenas prácticas a los creadores para frenar la precarización se englobaran bajo el epígrafe Nous relats per a la cultura: es desvergonzado pasearse por el mundo con este título molón e incurrir y perpetuar los sempiternos retrasos en los pagos a los trabajadores o autónomos culturales que han hecho su trabajo. Pero hay un pasaje escalofriante en el relato que hace Pau, y es cuando comenta que ninguna persona encargada de la Administración, ni siquiera la propia consellera, se sentaron con los agentes culturales a la mesa para poder poner ideas en común "y ayudarnos; no querían molestar". De película de terror.
En estos tiempos modernos de amores líquidos y redes asociales, la vara de medir el interés del uno por el otro y viceversa es la presencia corpórea, la dedicación del tiempo personal, el sentarse cara a cara y mirarse a los ojos, el discutir y gesticular sintiendo el calor del contrincante o del aliado, el arremangarse las mangas de la camisa para amasar juntos, en este caso, con los ciudadanos, un compromiso al que no está dando respuesta la política, entregada a las agendas privadas y de los partidos con todos sus cálculos electoralistas y sometida a la necesidad de publicitarse en las redes asociales.
Este relato de Pau Andreu es un nuevo revés para el castillo de naipes del Pla de Cultura. El primero fue el de Méndez. Y no sé si el golpe de gracia lo dará su coordinadora actual, Berta Sureda, a quien intuyo solitaria por sus silencios. Ojalá las bases del Pla se recimenten, porque siguen marcando su ritmo los Antics relats per a la cultura. La única diferencia es que ahora hay community managers.
? Tenemos primicia de las Converses Literàries a Formentor. Su próxima edición, a celebrar los días 28, 29 y 30 de septiembre, estará dedicada a las mujeres. El director del proyecto, Basilio Baltasar, promete nuevas lecturas sobre las figuras femeninas literarias. Nos desliza los nombres de algunos de los invitados: Judith Thurman, una de las firmas más prestigiosas de The New Yorker, el biógrafo de Marguerite Duras Pierre Assouline, Lorenzo Silva (que celebra los 20 años de su Bevilacqua y Chamorro) o las escritoras Sabina Urraca, Laura Fernández o Pilar Adón. El golpecillo de efecto es Joaquín Reyes, "un lector finísimo", advierte Baltasar.
La juventud también marcará el paso en esta nueva entrega, y el teatro, que se filtrará con el monólogo de Virgina Woolf Una habitación propia protagonizado por Clara Sanchis. La última jornada, la dominical, se alargará unas horas para que los asistentes podamos despedirnos con la puesta de sol. Formentor nunca molesta.
