Belén Rueda llegó puntualísima a CineCiutat, donde ayer tenía cita para dar el sus al Festival Italo-Español de Palma. La actriz presentó en el marco del ciclo junto a la directora Inés París la comedia La noche que mi madre mató a mi padre. "La cinta concursó en el Festival de Cine Español de Roma y de ahí nos surgió la posibilidad de venir aquí. La verdad es que me encantaría trabajar en Italia, además el italiano es un idioma que domino", confiesa la protagonista de El orfanato.

Para Rueda, versátil por su capacidad de manejarse en los múltiples géneros cinematográficos, "la comedia permite meterse en algunos temas de una manera más agresiva por el tono. En el drama muchas veces has de ser más sutil", considera. En la cinta ayer proyectada en los cines de s´Escorxador se reflejan las dificultades que tienen las mujeres en el campo profesional. Tanto para París como para la actriz, la lucha feminista sobre esta cuestión está siendo liderada por el mundo del cine y del audiovisual. "Las actrices norteamericanas tienen mucha visibilidad y han tomado la palabra. Han conseguido inmediatamente cambiar muchas cosas. Sobre todo, no tanto por lo que han dicho como por lo que han hecho. Y lo que han hecho ha sido ponerse a producir. Quieren participar en qué historias se van a contar y en cómo. De pronto, hay muchos personajes femeninos en las series y personajes que van a ser enormemente ejemplares para que haya un cambio en los modelos de mujer", señala París. A Rueda le parece todavía increíble que "a la gente le extrañe que las mujeres hagan buen cine. Esto pasaba antes cuando salían películas de aquí que gustaban y se comentaba: ´es que no parece española´", apostilla. "La gente siempre nos ha colocado en un lugar en el que parecía que no teníamos tiempo para dedicarnos a esta profesión. Lo que ha de haber es un cambio real en la sociedad para que seamos iguales en todo: casa, trabajo, familia...", sostiene. La intérprete considera que "lo importante de este momento para las mujeres es que el cambio social va en serio, no es un enfado puntual de unas cuantas, como podían pensar algunos antes", apunta.

Rueda ha estrenado muchas películas este año: El cuaderno de Sara, No dormirás y en julio llegará a las salas El pacto. Conviene que ha sido un año muy movido, "y que parece que salgo de una y entro en otra cuando no es exactamente así, porque a veces los estrenos se atrasan por temas de postproducción". Sin embargo, sí opina que 2018 ha sido muy especial por la gran variedad temática y de tono de los proyectos en los que ha estado implicada.

Muchos espectadores identifican a la actriz con el género de terror desde que protagonizara El orfanato. Ella asegura que no es que sea su género predilecto, "tampoco se trata de que yo me sienta cómoda en este estilo, lo que pasa es que hay determinados proyectos sobre el cine de género que me parecen muy interesantes porque cuentan en paralelo una historia que está en la cabeza de los personajes y eso te permite fantasear sobre lo que nos pasa dentro de la cabeza y que es tan individual de cada uno", considera.

Rueda enarbola una petición al ministro de Cultura José Guirao desde Palma: "Fuera el IVA, después ya nos encargamos nosotros de contar lo que tengamos que contar". La intérprete denuncia y critica fuertemente la idea tan instaurada "de que la cultura está subvencionada, y es mentira. Porque tanto en cine como en televisión las subvenciones se encuentran en capital privado, pero has de tener determinadas facilidades", manifiesta, apuntando directamente a la Ley de Mecenazgo.

En cuanto a los Premios Goya y el poco interés que éstos hicieron a la cinta de París o a Perfectos desconocidos de De la Iglesia (protagonizada por Rueda), opinan que las "comedias no son tan premiadas por la Academia y que para hacer una buena promoción se necesita mucho dinero".