A juzgar por las primeras palabras del nuevo ministro de Cultura, José Guirao, parece que habrá dos líneas claras de trabajo en su cartera: una volcada en el sector industrial de la cultura ("la cultura es Producto Interior Bruto"); y otra centrada en políticas públicas de cariz más social y formativo ("la cultura es educación en las Humanidades", textualmente).
Esa sensación de atender a los dos flancos que tradicionalmente están adscritos al ministerio de Cultura se va diluyendo cuando se leen las primeras entrevistas a Guirao, en las que no dedica ni una sola línea a las bibliotecas, archivos y poco, muy poco, a los museos. En una línea menos economicista o burocrática, sólo apunta a la intención de crear una dirección general para el fomento de la lectura. En general, los temas que dominan el discurso del ministro son el IVA cultural, la fiscalidad, las subvenciones al cine, las ayudas al sector o el mecenazgo. Todo esto está bien, y en algunos casos muy bien, pero deja coja la existencia de un ministerio con la cultura en la adscripción de sus atribuciones. Da la sensación de que en realidad su política sólo parece interesada en el marco económico en el que se desarrolla la producción cultural. Lo cual, a priori, podría estar bien. Es posible que los responsables de la cultura consideren que su trabajo no consiste en interferir en la cultura que se crea, en sus contenidos u orientación, sino sólo en hacer leyes idóneas para que los creadores y las empresas culturales hagan su trabajo y tengan las menos trabas posibles. Lo cual podría ser una buena opción, vale, pero como política de futuro resulta un poco rara y falsamente neutra. ¿Dónde están los horizontes? ¿No debería el Estado impulsar también y de verdad otro tipo de iniciativas y acciones menos burocráticas que considere que son buenas para asegurar que la cultura tenga incidencia en el porvenir y la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos? ¿No tiene la cultura una trascendencia particular en la sociedad, pues es la que proporciona ideas y claves para la interpretación del mundo?
