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Entrevista

Tània Juste: "Con mi novela viajo a 1918, el año en que empieza el mundo moderno"

La novela se desarrolla a bordo del barco Reina Victoria Eugenia que cubría la ruta entre Barcelona y Buenos Aires

Tània Juste (Barcelona, 1972) es licenciada en Historia por la Universidad de Barcelona.

¿Qué encontrará aquel lector que decida embarcarse en la lectura de 'Pasaje al nuevo mundo'?

R Una travesía que no solo es un viaje geográfico, también psicológico y emocional, de todos los que van a bordo del trasatlántico Reina Victoria Eugenia, en el año 1918. Un barco en el que viaja la protagonista, Berta Casals, una joven aparentemente normal, de 20 años, que cruza el océano para irse a casar con un rico ovejero de la Patagonia, al que apenas conoce.

¿Cómo son los personajes que tratan con Berta, la protagonista?

A su lado existen toda una serie de personajes con los que ella se irá relacionando a medida que avanzan millas marinas y le harán replantearse muchas cosas y reflexionar mucho sobre la condición de emigrante que tienen todos los del barco en ese momento histórico, que al final es de lo que habla el libro, de la gran aventura del emigrante y de aquello tan extraordinario como es empezar de nuevo. Personajes como el de Maya, una famosa bailarina rusa que, con los años, cayó en desgracia en el mundo del espectáculo; o Valentina, la nieta de Berta, una joven escritora argentina en busca de inspiración que pondrá por escrito el secreto de su abuela.

¿Se puede decir que el gran tema de la novela es el reinventarse?

Sí, una reinvención que puede ser personal y colectiva.

¿Usted también se reinventa con cada novela?

Sí, y también con cada capítulo de mi vida. Pienso que una vida se nos queda corta. Tenemos muchas vidas dentro de nuestra vida y por eso esta novela, con la que he reflexionado sobre cuántas veces empezamos de nuevo. De ahí que esta novela esté precedida por una frase de mi admirado Stefan Zweig extraida de sus maravillosas memorias, tituladas El mundo de ayer: "Tan diferente es mi hoy de cada uno de mis ayeres, mis ascensiones de mis caídas, que a menudo me parece haber vivido no una sola existencia sino más de una y todas completamente distintas". Este es el punto de partida del barco que zarpa hacia el nuevo mundo.

¿Qué ha descubierto con este ejercicio literario?

Con esta novela me propuse intentar hacer un ejercicio que a mí me gusta mucho, el de viajar a un época concreta, en este caso una época que considero crucial en la historia: 1918. ¿Por qué? Porque en realidad es cuando empieza el mundo moderno. Muchos historiadores dicen que es ahí cuando empieza el siglo XX. Los cuatro años de la I Guerra Mundial marcarán un antes y un después en la historia, hay muchos tics del viejo mundo que se acaban y todo se redefinirá, como el nuevo mapa mundial o la sociedad. Si tuviera una máquina del tiempo, viajaría a ese año. En mi novela me meto en la piel de todos esos personajes que debían vivir ese momento, esa gente que cruzaba el Atlántico hacia América, donde todo estaba por construir.

¿Cómo era la vida en alta mar en aquellos buques que surcaban el Atlántico hace cien años?

Una vida lenta, que reproducía exactamente todos los tics sociales de la Vieja Europa. Era un barco que funcionaba exactamente como la sociedad en tierra firme, con separación de clases sociales. La protagonista viaja en primera clase, pero en realidad no acaba de pertenecer a ella porque ella, que entraría más en la segunda clase, simplemente hace un ascenso social al casarse con el rico ovejero. En el barco, al conocer a gente de distintas cubiertas, se relaciona con toda esa sociedad diversa.

El barco, una figura que siempre ha dado mucho juego a la literatura.

Desde luego. Hay algo muy romántico en el hecho de embarcarse, algo que hoy, desde la perspectiva moderna, puede no parecerlo. Imaginemos el principio del siglo XX, con los primeros vapores conviviendo con los grandes veleros, es un punto de partida muy romántico y literariamente es muy potente.

La novela se desarrolla en un barco que existió, el trasatlántico Reina Victoria Eugenia, el que cubría la ruta entre Barcelona - Montevideo - Buenos Aires.

Sí, y tuvo un trasatlántico gemelo, el Infanta Isabel de Borbón. Los dos barcos, desde 1913, cubrían esa ruta mensualmente y de manera alterna. Con esos nombres tan monárquicos, con la llegada de la República fueron rebautizados: uno pasó a llamarse Uruguay y el otro, Argentina. El Isabel de Borbón pasaría a ser utilizado como barco-prisión, en él encarcelaron al president Companys y a su gobierno. Con el tiempo fueron desguazados.

¿Qué personajes famosos de la época viajaron en aquel vapor?

El Reina Victoria Eugenia transportó a varias personalidades empresariales y culturales de la época, como al escritor argentino José Luis Borges, del que se conserva una carta a su amigo el pintor y poeta mallorquín Jacobo Sureda escrita a bordo en 1921. En la misma travesía, Borges escribió al poeta Kurt Heynicke otra misiva, también conservada. El cantante Carlos Gardel también viajó a bordo en el año 1926, de Barcelona a Buenos Aires.

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