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Ilustración

Francesc Grimalt: "Yo también fui un niño raro"

El dibujante mallorquín reivindica la diversidad en la novela ilustrada 'El Niño de Oro', la tercera parte de 'Los Niños Raros'

Francesc Grimalt presenta 'El Niño de Oro'

Francesc Grimalt presenta 'El Niño de Oro'

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Francesc Grimalt presenta 'El Niño de Oro' M. Elena Vallés

Francesc Grimalt es un tipo peculiar. Por las mañanas da clases de plástica a alumnos de Secundaria y por las tardes se sumerge en su pequeño microcosmos en Santa Maria, La Madriguera, una casa que le hace guiños a la época victoriana y al hogar de los Weasley de Harry Potter. Un oasis gótico y septentrional en pleno Mediterráneo, como el estilo de sus ilustraciones.

En este espacio suceden cosas fantásticas. La más reciente, su última novela ilustrada, El Niño de Oro, la tercera parte de Los Niños Raros, una serie que empezó con Sanatoria y continuó con Míseres. Una historia protagonizada por seis niños diferentes y extraños que son ingresados en un psiquiátrico, "donde el que está verdaderamente loco es el médico que lo dirige", comenta Grimalt. El dibujante confiesa que su interés por los niños proviene de su faceta como docente. "Cuando tienes piezas de un rompecabezas que no encajan no hay que alarmarse. No es ni siquiera un defecto. De hecho, me encanta que vengan unos padres y me digan: 'Nuestro hijo no se integra'. Yo les doy la enhorabuena. Se valora que los niños hagan ciertas concesiones yendo en contra de su propia naturaleza para integrarse en el grupo. Yo creo que primero deben desarrollarse y después encontrar a los suyos", comenta.

Para reforzar toda esta cuestión, el propio Grimalt confiesa que él también era un niño raro. De ahí que haya puesto su lápiz al servicio de que resplandezcan las diferencias y la diversidad. Una oda a lo raro.

El Niño de Oro, editado por Dolmen en castellano y catalán, es la historia de un autómata viviente que es hallado flotando en el río por unos habitantes del arrabal de una gran ciudad. Al principio quieren venderlo, pero luego se encariñan con él. A lo largo del libro, los enemigos de Teo, el autómata, son los anticuarios, que lo quieren raptar.

Esta tercera entrega, con guiños a Spielberg y San Mateo Apóstol, se pondrá a la venta la próxima semana. Grimalt estará firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid este próximo fin de semana. El 29 de junio, a las 19 horas, lo presentará en la librería Drac Màgic. Y también desembarcará en septiembre en la EuroSteamCon de Barcelona, una gran feria de steampunk (o retrofuturismo), estilo que domina el mallorquín.

En paralelo a la publicación, se mostrará un conjunto de figuras en sus respectivos dioramas que representan a los personajes del álbum. Han sido modeladas y diseñadas por el escultor Tomás Barceló y la artista Sandra Arteaga.

Un hueco en el cine

Como ilustrador, Grimalt está ocupando un nicho en el celuloide. "Me encargan los dibujos que se van a ver en la pantalla", apunta. Ahora está enfrascado en la realización de un mural que saldrá en la última película protagonizada por Dani Rovira, Los Japón, que se estrenará en 2019. Y también ha colaborado en su comedia Miamor perdido, que podrá verse en los cines a partir del 10 de agosto.

Uno de los trabajos en cine que más ilusión le ha hecho al dibujante mallorquín es el que le ofrecieron desde el departamento de sets y decorados de Terry Gilliam para su última cinta: El hombre que mató a Don Quijote. "Diseñé los carteles de Wanted, querían unos que imitaran los grabados antiguos". "Él vio mi trabajo y le pareció bien que yo los hiciera. Que conozca mi obra y haber hecho algo para él es como cerrar un círculo para mí. Yo devoraba a los Monty Python", confiesa.

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