El pasado sábado dio su concierto de fin de curso la Orquestra Simfònica del Conservatori Professional, que, interpretó obras que ya habían sido programadas en conciertos anteriores durante los últimos meses. Lleno, no total pero casi, en el Auditorio del Conservatorio. Tanto por lo que respecta al público, como al escenario, pues la formación es muy numerosa, sobre todo en las secciones de cuerdas, a excepción de los contrabajos (solamente dos y no alumnos, precisamente).
En el programa, compositores como Glinka y su Obertura de Ruslan y Ludmilla, Mendelssohn y su Obertura de Las Hébridas, Bruch y los dos primeros movimientos de su Concierto para violín y orquesta y Beethoven y el primer movimiento de su Tercera Sinfonía, Heroica. También fuera de programa, una breve suite sobre temas de la película Gladiator, que compuso Hans Zimmer.
Visto y escuchada la audición uno no puede menos que pensar que el futuro de nuestra Orquestra Simfònica está garantizado, pues los miembros de esa joven formación que dirige Fernando Marina podrán optar a una plaza en la institución profesional. Nuestros jóvenes intérpretes tienen madera de artistas y si siguen por ese camino trazado, llegarán a ocupar los atriles de orquestas importantes. Enhorabuena y adelante.
Unas palabras para la solista, Clara Bauzà, una alumna de cuarto curso muy dotada de musicalidad y técnica. Quizás debe mejorar el sonido, que a veces llegaba un tanto apagado, pero eso se arreglará con el tiempo y la madurez.
Una última cuestión: sería bueno que la Conselleria diera algunas becas para comprar camisas oscuras. Parece que algunos pocos músicos no pueden pagárselas ya que tocaron con camiseta de manga corta. Aunque el concierto se interpretara en horario matinal, no está mal cuidar ciertos formalismos. Y no hablamos de frac, ni de chaqueta ni corbata.
Orquestra Simfònica del Conservatori Professional
Auditori del Conservatori
***½
02-06-18
Fernando Marina, director
Clara Bauzà, violí
Obras de Glinka, Mendelssohn,
Beethoven y Bruch
