La nueva cinta del director Ventura Pons es una oda a la vida y la diversidad que tiene como uno de sus decorados la idílica Mallorca. El cineasta rodó ayer en el Auditori de Peguera una de las escenas más importantes de Shake it, baby! junto al Mallorca Gay Men's Chorus (MGMC) y el elenco de este musical, el primero que Pons rueda. Pero no el primero que dirige: en teatro montó Bestiari o Rocky Horror Show.

La historia de la cinta refleja un mundo multicultural, donde conviven muchas maneras distintas de ver y experimentar la vida y el amor. También es una historia sobre las adicciones. Y un canto a la tolerancia desde la alegría y la música. "Quiero alegría, no podemos volver a la España negra de mi infancia", sostiene el director mientras luce el lazo amarillo en solidaridad con los presos políticos catalanes. Pons matiza sus palabras: "Con negro no me refiero a España, a la gente, sino al poder". El artista confiesa que no tiene miedo pese a contemplar con enfado los acontecimientos que apuntan a una regresión de las libertades en nuestro país. "No se ha de tener miedo a la vida. Si crees en algo has de luchar y perseverar. Siempre he pensado que lo mejor que uno puede hacer por su país es hacer bien su trabajo", comenta.

La textura emocional de la película se consigue a partir de la selección musical de la cinta: 17 canciones de Lluís Llach, dos de Maria del Mar Bonet (una de ellas es No voldria res més ara), tres copletes y una sardana. Todas ellas, excepto esta última, versionadas en inglés y adaptadas por Joaquim Badia. Uno de los motivos por estar en la lengua universal es la diversa procedencia del reparto, formado por Billy Cullum, el tenor mallorquín Toni Vallès, Siân Phillips, Gary Wilmot, Vicky Peña, Mathew White, Minnie Marx, Usha Jadhav, Juha Sorolla, Karme Màlaga, Joan Laínez y los MGMC.

"Son las canciones de nuestras vidas", sostiene Pons. Una suerte de memoria sentimental del cineasta, quien siente el suyo como un camino paralelo al de los dos cantautores. "Por otra parte, juntar estas dos tradiciones, la anglosajona con la catalana, me parece un producto muy interesante en su conjunto", apunta Pons. Para el cantante Gary Wilmot, "la música de Llach y Bonet es pasional. Es un placer cantarles. Me gustaría que fueran más conocidos fuera".

La idea de grabar esta película surgió el año pasado, cuando Ventura estaba grabando en Cadaqués con la actriz galesa Siân Phillips. "Hablábamos de las pelucas. Y decíamos de hacer un musical", evoca. La idea caló en el subconsciente de Ventura, quien poco después vio una actuación del MGMC en el Teatre Victòria de Barcelona. "Me encantó. Aquello no era sólo un coro, era un show", apunta. Y el proyecto cristalizó.

La sinopsis comienza con el MGMC actuando en Londres. Al concierto acuden Peter, psiquiatra freudiano casado con el finlandés Mika, David, joven británico gay que vive en Banyoles, adicto a la aplicación de citas exprés Grinder, y Coco Lamour, actriz francesa de París. Todos los que les envuelven están preocupados por la historia del mal de amor entre ellos. Todo se resuelve en un viaje grupal a Mallorca.

El rodaje en la isla, que cuenta con el apoyo de Cinètica Produccions, tendrá una duración total de cinco días (1/4 del filme). Ayer rodaron en Valldemossa y en otras localizaciones de la Costa Nord. Ya han rodado en Londres y aún quedan por delante quince días más en Cataluña.

Para la actriz Vicky Peña, la alegría, leitmotiv de esta cinta, "puede ser un puñetazo, una manera innovadora de ir contracorriente en estos tiempos oscuros que vivimos". Además de este rodaje, la actriz está inmersa en la gira de la zarzuela La tabernera del puerto y ha de empezar los ensayos de un montaje que se estrenará la temporada que viene en el Lliure.