Canalla, mordaz, y hasta cierto punto provocador. Es-puto Cabaret es la apuesta adulta y para adultos de la presente edición del Festival de teresetes -y ya van 20-. El montaje contiene todos los elementos que deben estar presentes en un espectáculo de este tipo que quiera denominarse como tal, y también algunos otros complementos a los que me cuesta ubicar en este formato. Juega la compañía -los malagueños de El espejo negro- con el imaginario colectivo genuinamente español y apela a varios clásicos folclóricos para enganchar con el público. Detrás del remedo hay bastante de tributo, mucho humor negro y también una buena dosis de crítica a un país que exprimió hasta la saciedad unas figuras que marcaron época, o épocas, y que hoy en día es difícil no considerarlas estrambóticas. Ahí está la maestra de ceremonias -que se autodefine como una mezclas de varias cosas, alguna muy ´hispana´- Joselito (el niño prodigio de los 50 y 60 del pasado siglo) como personaje relevante -su primera escena es toda una declaración de intenciones y un avance de los que vas a ver- Cecilia, con Mi querida España, la mismísima Lola Flores (con una marioneta muy conseguida), Rocío Jurado, Sara Montiel€ y hasta incursiones sorprendentes, como la de Freddie Mercury o Edith Piaf, a modo de epílogo. Pero también desfilan otros tópicos ´patrios´ que en algún caso parece metido con calzador.
El conjunto se puede considerar irregular pero entretenido, con dos o tres momentos delirantes. Larga vida al Festival de teresetes y a las marionetas para mayores.
