El Día de los Museos arrancó ayer en Mallorca con buen ritmo e interés por parte de los ciudadanos. Dos de los centros más importantes del centro de Palma, el Museu de Mallorca y el Museu Diocesà, dieron una vuelta de tuerca a las visitas guiadas habituales para mostrar sus espacios ocultos, aquellos que están cerrados a las visitas pero que conforman parte indispensable de la historia de estos lugares.

En el Diocesano, más de 50 personas pudieron adentrarse en las entrañas del Palau Episcopal, en concreto en la residencia privada del obispo, zona que está cerrada al público. La visita arrancó en s´Hort del Bisbe, que comenzó como huerto medieval para árboles frutales y hierbas medicinales. Continuó por el patio del archivo, donde se custodian restos de conventos e iglesias cuyo patrimonio se disgregó con la desamortización, y prosiguió escaleras arriba por algunas dependencias personales del obispo. Pudieron contemplarse la sala de los obispos, con retratos de cada uno de ellos, donde la conservadora de patrimonio religioso Cati Mas relató algunas anécdotas sobre ellos. El público se quedó impresionado con la sala del trono del bisbe, decorada con suntuarios damascos rojos, "un espacio que antes se utilizaba para las recepciones y visitas". Y también se quedó impactado con la capilla personal del prelado, donde todavía se ofician misas para las visitas personales. Las vistas a la bahía de Palma fueron fotografiadas por los presentes, que pudieron asomarse por la antigua muralla del palacio, llena de detalles realizados por Gaudí. "El arquitecto residió aquí cuando preparaba la intervención para la Catedral. Y usó muchos de estos espacios para hacer pruebas", relata Mas.

Los niños fueron los protagonistas ayer por la mañana de los talleres del Museu d´Història de Manacor.

Por la tarde, las actividades especiales, que se prolongarán durante el fin de semana, continuaron. En Es Baluard, a las 19 horas, Biel Mesquida hizo un paseo comentado por las salas del museo en formato abierto y vinculado a la perspectiva sobre el trabajo de Jean Marie del Moral. A la misma hora, tuvo lugar en el Museu de Mallorca una teatralización de una batalla de Jaume I que corrió a cargo del grupo Milities Maioricarum. Y se presentó el libro El conqueridor del mar.