El pianista y escritor inglés James Rhodes, que consiguió un enorme éxito con Instrumental, el libro en el que narra cómo la música le ayudó a superar el trauma de los abusos sexuales cuando era niño, escribe hoy una carta abierta en el diario El País en la que firma un elogio infinito a Mallorca, la isla que conoció en su niñez.

"Hace mucho tiempo (demasiado), cuando era muy pequeño, veraneábamos en Mallorca todos los años", narra el músico. "En agosto nos alojábamos un par de semanas en un apartamento de mierda que estaba en la playa de Peguera. En mi memoria, esas vacaciones son el refugio más seguro, perfecto e increíble de mi infancia. Significaba -asegura James Rhodes- alejarme de la zona en guerra que era mi vida en Londres: violenta, monocromática, dominada por las violaciones que sufría. Durante un breve periodo de tiempo, con ocho o nueve años, pude comprar tabaco (un paquete de Fortuna por pocas pesetas, en la tiendecita de la playa de Pedro. Pude beber Rioja calentorro (gracias de nuevo, Pedro), contemplar las estrellas, bañarme en el mar, engañar de vez en cuando a alguien para que me invitara a hacer esquí acuático, disfrutar del sol. Y sobre todo, disfrutar de la sensación de estar a salvo, protegido disfrutar de la sensación de estar a salvoprotegido. 30 años después me brindáis lo mismo. Y nunca podré expresaros mi gratitud por ello".

Instalado en España desde el año 2017, Rhodes ofrece en el artículo un recorrido subjetivo y detallado por su visión del país, comparándolo con su anterior vida en Londres y ofreciéndole al lector una panorámica de España optimista, alejada de los vaivenes de la situación política, de la corrupción constante y de la catarata de críticas de la visión nacionalista que ha generado el conflicto con Cataluña.

"El concepto de hogar no tenía para mí demasiado sentido", justifica en el arranque del texto. "Supongo que me he pasado media vida huyendo. De mí o de los desastres que yo mismo he provocado, por norma general. Pero hace nueve meses dejé de huir. Me instalé en Madrid. Encontré un hogar. Y descubrí en qué consiste tenerlo".