Joan Miquel Oliver siempre ha sentido mucha curiosidad en saber cómo sería una invasión alienígena. Y esta curiosidad la ha resuelto con su nueva novela, Alexandra Schneider und ihr Casiotone que ayer lanzó L'Altra Editorial y que el próximo jueves, 24 de mayo, presentará en Rata Corner a las 19 horas. "Mi intención era novelar una invasión extraterrestre en la Tierra", avanza en su estudio de la calle Santa Clara. Su relato está alejado de los tópicos cinematográficos. "Es una invasión sin héroes, sin épica porque mi intención ha sido ponerme en la piel de los mallorquines para ver cómo se gestionaría esta invasión", desgrana un Joan Miquel Oliver que asegura que la novela está basada en hechos reales.

"La historia que explica es cierta hasta el detalle más insignificante", alerta el autor antes de que el lector se sumerja en su nueva aventura, una aventura que narra que los alienígenas han invadido la Tierra y todo el mundo ha desaparecido. "Es cómo una novela de aventura y alguien tiene que protagonizar esta salvación", responde cuando se le pregunta por qué solo Alexandra Schneider, Albert Pinya y el propio Oliver han sobrevivido a la catástrofe. "En el libro defiendo la tesis de que esta invasión ha ocurrido de verdad. Es un libro de memorias. Cuando el lector lo lea entenderá por qué no se tienen noticias de esta invasión", razona.

Y cuando el lector emprenda esta aventura junto a Schneider, Pinya y Oliver será inevitable comparar dicha invasión con la masificación turística que padece la isla. "No he podido evitar reflejar lo que está ocurriendo en Mallorca. Es una invasión de extraterrestes y no he podido evitar que estos extraterrestes sean alemanes. Es una novela de invasores y de invadidos pero estos dos bandos no están repartidos entre alemanes y mallorquines. Hay buenos y malos de las dos partes", explica. Pese a que una de sus protagonistas deje claro que "está hasta los huevos de los putos guiris", el escritor sentencia que no es una novela de denuncia. Bueno, luego admite que si el lector ve denuncia a lo largo de sus 104 páginas, se trata de "una denuncia simpática" porque "pone de manifiesto lo molesto que puede llegar a ser el turismo para los mallorquines. Ningún mallorquín descubrirá nada nuevo sobre esta crítica porque lo que digo es obvio. Pero no es mi intención hacer una crítica", argumenta.

En las páginas de Alexandra Schneider und ihr Casiotone el lector estará envuelto de arte. Albert Pinya pinta constantemente y también aparecen algunas canciones del propio autor. Se trata de Ecos d'ambulàncies de su disco Pegasus (2015), el primero que estrena la trilogía con Albert Pinya. Tras Pegasus, Oliver llenó de personas su mundo mágico con Atlantis (2017). Ahora avanza que en octubre saldrá el tercer disco que cierra la saga y en el que incluirá la segunda canción que aparece en la novela, Hipotèrmia. "Albert Pinya se dedica a ilustrar la propia historia del libro y uno de los proyectos que tenemos entre manos es que la novela se traduzca en una exposición", detalla.

En la novela hay arte, música... lo que lleva a preguntar al creador qué momento vive la creación cuando Valtonyc está a las puertas de entrar en prisión. "Lo que está ocurriendo es escandaloso. El artista necesita libertad para expresarse. ¿Qué sería de Tarantino sin su violencia o de Santiago Segura sin su personaje Torrente? Tampoco podría haber videojuegos por su violencia. Todo esto puede existir pero no puede existir un rapero. No hay que olvidar que Valtonyc no existe. Valtonyc es el personaje que ha creado Josep Miquel Arenas. Sería como juzgar a Santiago Segura por Torrente. Nos hemos vuelto locos. En el arte debes jugar con esta libertad porque si no qué nos queda", razona un Joan Miquel Oliver que admite que esta falta de libertad afecta a la hora de crear. "Ahora cuando escribes, si no quieres tener problemas, te tendrás que autocensurar. Es muy triste tener que estar pendiente de estas cosas. No hay derecho", sentencia.

Libertad de expresión

Preguntado por el Concert per a la llibertad d'expressió que volverá a reunir sobre el escenario a Antònia Font, uno de sus integrantes admite que la participación del grupo era "obligatoria". "Participamos porque todos los miembros de la banda estamos a favor de la libertad de expresión pero Antònia Font no regresa. Es un grupo separado". "Nos hemos vuelto locos. Nadie puede entrar en la prisión por algo que haya dicho. Si Valtonyc hubiera montado un partido político y se dedicara a hacer apología de lo que dicen sus canciones, uno podría pensar que está en el límite pero Valtonyc es un personaje y la temática del rap es esta. Él no tiene ninguna intención de llevar a cabo lo que dicen sus canciones. Lo que ha hecho se ya hecho toda la vida. Es ficción. Llegados a este punto, si no lo entendemos, yo ya no entiendo nada de nada", lamenta. "No me pensaba nunca ver lo que vivimos ahora", zanja el creador que mañana presentará su libro en Barcelona y el 5 de junio firmará en el expositor de Quars Llibres con motivo de la Fira del Llibre.